♥¿QuE bUsCaS?♥

viernes, 13 de noviembre de 2009

Capitulo 1: NUEVO

NUEVO



Salí de bañarme.

Esta madrugada había sido difícil, aun sentía doloridos mis brazos a causa del estúpido vampiro.

Sonreí ante la idea de que ese maldito estaba muerto, el había matado a esas chicas por diversión, es decir, ellas estaban golpeadas, si tan solo hubiera sido para alimentarse, no las hubiera maltratado de ese modo.

En mi cuarto buscaba algo decente para ponerme, encontré un pantalón vaquero, mis amadas zapatillas y una linda remera de mangas largas.

Escuche unos golpes en la puerta.

--¿Sisi?—Solo tres personas me llamaban así aunque no me gustara, una de ellas era papá.

--¿Sip?—Me vestí con mi una campera.

La ciudad en la que vivíamos tenía un asqueroso clima, siempre estaba nublado y eso era lo único que me permitía llevar una vida normal. Mi piel no se quemaría como la de un vampiro pero si mucho mas que la de un humano. Papá me trajo aquí cuando apenas tenia dos años para empezar de nuevo.

--Se te hace tarde. —Rio.

--¿Qué?

--Te- estas-tardando-demasiado. —Abrí de un tirón mi puerta. Y baje las escaleras corriendo.

--Lo siento. —Me senté. Tome un vaso con jugo de naranja y unas tostadas.

Sobre la mesa estaba la tarjeta para ingresar a su trabajo, que por suerte era de noche, el pasaba su día conmigo y cuando yo iba a “trabajar”, él igual.

La tarjeta tenia impreso se nombre “Antonio Zafiro”.

Me ahogue con mi jugo cuando recordé que tan raro era su nombre, en comparación al mío “Sasha Zafiro”

--Si, si, muy graciosa –Lo saco de mi vista y lo guardo en su pantalón-- ¿Qué tal tu noche?

--Súper. — Papá puso sus ojos en blanco cuando tomo asiento a mi lado. Me levante lista para marcharme al colegio.

--¿Quieres el auto?—Cualquier otra adolescente hubiera querido, pero yo era totalmente diferente.

--No, prefiero ir caminando.-Estaba saliendo y me dijo.

--¿No te olvidas de algo?—Sonreí. Me volví hacia él le di un beso en su mejilla y un gran abrazo.

--Pórtate bien y ten cuidado. —Él era muy joven para parecer mi padre, pero cuando eres vampiro no envejeces y bueno, no era su culpa tener el aspecto de un hombre de 25 años.

--Si, no te preocupes. —Me dirigí al colegio caminando con tranquilidad. Llegaría con unos 10 o 15 minutos de retraso.

La explicación de por que no odio a mi padre por ser lo que es, bueno simple, yo solo mato a los vampiros que matan por placer y pura diversión, nada mas que eso, no para alimentarse.

Además, mi padre bebe sangre de animal, no humana. Es decir, ¿Nunca has comido un animal?, eso no era malo, y él no mataba por diversión.

Eso era lo que hacia la gran diferencia entre los vampiros y Antonio.



Estaba tan nublado que parecía que en cualquier momento iba a comenzar a llover.

Me apresure hasta llegar a la puerta del instituto.

Las puertas estaban abiertas y le había atinado al tiempo 14 minutos de retraso.

Camine por el pasillo directo a mi primera clase, de historia.

Era el profesor Ramírez, él cual me guardaba mucho rencor por nunca llegar a tiempo, quiero decir en mi defensa que luchar por la noche con no-muertos no es fácil, por ello era impuntual. Además historia era mi pero clase, la odiaba.

Lo mas sorprendente era el hecho de que a lo que se refería en promedios el mío era uno de los mas altos, es decir, yo siempre debía estudiar mas de lo que el profesor no daba como tarea porque cada vez que la ronda de preguntas comenzaba siempre era la primera y las preguntas eran las mas difíciles, cuando las respondía correctamente, él se enojaba mucho y seguía con otros temas que aun no había dado y para su enorme desgracia yo seguía respondiendo correctamente dado que me le había adelantado, para que no me tomase por sorpresa.

Estaba frente la puerta del salón.

Tome un profundo suspiro y el empuje, todos se voltearon a mirarme, esto sucedía muy seguido pero nunca me acostumbraba, baje la cabeza y camine rápidamente a mi asiento.

--Llega tarde, señorita Zafiro. —El profesor seguía dándome la espalda, sobre un tema del cual yo me perdí la introducción.

--Lo siento. —En mi bolso rebusque el cuaderno para tomar apuntes.

--Solo por esta vez le perdonare que llegue tarde. ¿Entendido?

--Si.

--Porque la prox—Ahora se había volteado hacia mi. Pero no pudo terminar de hablar porque alguien más había entrado al salón y no era ningún adulto.

Ramírez se aclaro la garganta y miro al nuevo chico que estaba parado en la puerta. Lo mire de pies a cabeza.

El nuevo llevaba uno jeans gastados, unas zapatillas negras, su remera era azul oscuro y encima un cazadora, la mochila estaba colgando de un lado. Había algo raro en él.

Sus ojos eran marrones oscuro, su cabello negro caía en puntas sobre su rostro.

Él camino a través del aula y le presento un papel al profesor. Mientras este leía el le echo un vistazo a todos nosotros pero su mirada se trabó con la mía. No podía dejar de mirarlo. Escuche unos murmullos del fondo.

--Es tan lindo. —Murmuro Sofía, una de las snobs.

--¿Tendrá novia?—Su mejor amiga.

--Ese es mío, que nadie se le acerque. —La princesa de nuestro colegio. Que hasta donde yo sabía ya tenia un novio o dos.

Yo tenía las habilidades

En ese momento me di cuanta que era lo raro en el, estaba pálido, y su corazón no latía.

Me libere de sus ojos y solté un jadeo.

¿Qué diablos hacia un vampiro de ese aspecto aquí? ¿Venia para prepararse un bufet con sus compañeros? Lo único que rogaba era “Que no sepa quien soy” “Que no sepa quien soy” “Que no sepa quien soy”

“Que no sepa quien soy”.

Comencé a sentirme mal, el instituto era el único lugar en el que podía ser completamente humana, nada de vampiros, y no tener que pelear por justicia y tu propia vida, pero ahora todo había cambiado y lo odiaba profundamente por ello.

Levante la cabeza y aun seguía mirándome pero un poco ansioso, seguro que había notado el tono de piel, mi belleza vampira, mas linda que una chica humana y no tanto como una vampira, eso debía confundirlo dado que mi corazón latía fuerte y sano enviando sangre a todo mi cuerpo.

--Bueno—El profesor termino de leer la nota. —El es un nuevo alumno. —Se acerco más a él y le susurro. —Puedes presentarte. —No me quitaba los ojos de encima.

--Hola, mi nombre es Daniel.

--Como eres nuevo en este instituto debo asignarte a alguien que pueda guiarte durante tu primer día y te enseñe nuestro espacio estudiantil. —Ramírez levanto su lista en busca de alguien. Oí los murmullos de muchas chicas.

--Que sea yo.

--Espero que me elija.

--Es tan sexy.

Daniel parecía divertido de oír lo mismo. Por mi lado intentaba no escuchar pero me era imposible. Me concentre en eso, pero no pude lograrlo.

--Señorita Zafiro.

--¿Si?

--¿No me atendió?

--No, lo siento. —Suspiro de frustración. Muchas me lanzaban miradas envenenadas.

--Usted será la guía.

--¡¿Qué?!—Sonrió con malicia.

--Usted será…

--Ya lo escuche—Remarque—Pero ¿porque yo? El 90% de las chicas aquí quiere acompañarlo. Y yo no…

--Si tiene algún problema con lo que he dicho usted podría arreglarlo con el director—Levanto una ceja esperando que lo contradijera.

--No, ya no tengo ningún problema—Murmure. Él sabía muy bien que no podía ir con el director.

--Muy bien. —Lo increíble fue que disfruto el hacerme eso. —Puedes tomar asiento. —Le indico a Daniel, unos de los últimos que estaba vacio.

El profesor retomo su clase y continúo escribiendo en la pizarra. Se volteo y me señalo, ahora comenzaban las preguntas.

--Zafiro. —Deje de escribir.--¿Puede decirme como se conocía a España en el siglo 18º?

--Se conocía como el siglo de las luces.

--¿Qué descubrimientos importantes se hicieron?

--Maquina a vapor y la enciclopedia.

--¿Qué acontecimiento importante hubo en este siglo?

--Revolución francesa. —Bien Zafiro 3, Ramírez 0. Sonreí orgullosa. Él no estaba feliz. Y aquí es cuando comenzaba a ser injusto preguntando otros temas.

--¿En que año fue la segunda revolución industrial?

--Entre 1870 y 1914.

--¿En que año comenzó la primera guerra mundial?

--Duro desde 1914 al 1918. —Uno de mis compañeros levanto la mano.

--¿Gómez?

--Esos temas no iban, ¿Por qué pregunta?

--¿No iban?—Toda la clase negó. —O lo siento mucho, no lo sabía.

--No hay problema—Sonreí, le había ganado, ni una equivocación.

--Farsante—Me di la vuelta, por increíble que fuese Daniel había dicho eso. Me descubrió observándolo y solo sonrió. Puse mis ojos en blanco.

--Clase, quiero un trabajo de tres hojas sobre la primera guerra mundial ¿Entendido?—Siguió escribiendo—Y para la señorita Zafiro un trabajo de seis hojas sobre la segunda guerra mundial. —Mi lápiz cayó de mi mano. Tenia ganas de gritar por la injusticia. — ¿Esta de acuerdo?

--Si. — No podía hacer nada. Se levanto un fuerte murmullo por todo el lugar.

--¡Silencio!

La campana sonó y todos comenzaron a recoger todo y salir, Daniel estuvo en un segundo a mi lado.

--Hola.

--Hola.

--¿Cómo te llamas?

--Sasha. —Salimos del salón.

--Lo siento.

--¿Qué? ¿Por qué?

--Porque te asignaron guiarme y porque hice que te arruinaran el día. —Solté una pequeña risita.

--No fuiste tu, así es todos los días.

--¿Nunca has hecho nada?

--No, es solo otro profesor frustrado, ¿Para que molestarlo mas?—Me miraba como si hablara en otro idioma.

--Ah.

--Bueno ¿Qué tienes en la siguiente hora?

--Calculo.

--Mmm.

--¿Tu?

--Lo mismo.

--¡Genial!

--¿En la siguiente?

--Ingles. ¿Tu?

--También. Déjame ver tu horario. —Le quite el horario de sus manos.



1. Historia.

2. Calculo.

3. Ingles.

4. Bilogía.

5. Geografía.

6. Química.

7. Español.



Fruncí el seño.

--¿Qué sucede?—Me miro fijo.

--Tenemos las mismas clases.

--Bueno, al menos no perderás tiempo enseñándome los salones.

--Si tienes razón. —Seguía sin confiar en él.

Entramos en la otra clase.

Calculo fue igual de aburrido que Ingles y bilogía.

Era la hora del almuerzo, yo lo seguía guiando, en el pasillo oía murmullos que me hacían ruborizar.

--Quisiera ser él. —Venia de uno de los muchachos del equipo de football. —Para caminar con ella.

--Es tan sexy—Su amigo.

--¿Qué creen que me dirá si la invita a salir?

--Que te alejes o sino solicitara una orden de restricción. —Todos comenzaron a reír de forma estruendosa. Acelere el paso y Daniel me siguió callado.

Entramos a la cafetería. Era todo un desastre, mi mesa era una de las más alejadas.

--Wow.

--Esta es la cafetería. —Me dirigí a comprar mi almuerzo, o algo frio para tomar. —Busca en donde sentarte, cuando toque la campana te esperare. No te preocupes.

--Iré contigo.

--Pero hay muchas mesas.

--Iré contigo.

--Como quieras—Comencé a avanzar entre las mesas con suma agilidad, son rosarme con nadie. Él estaba a unos metros detrás de mí.

Llegue a mi mesa y me senté. Estaban Matías, mi mejor amigo desde los dos años. María, mi mejor amiga aquí, y su novio Lucas.

--Hola chicos.

--Hola Sisi—Saludo mi mejor amigo, él era otro y mi madre que murió hace años también, nadie mas me llamaba así.

--Hola Sasha—Hablaron a coro los enamorados.

--¿Has oído del nuevo chico? Dicen que es muy lindo. —Luca la miro—No tanto como tu. ¿Y? Has oído ¿o no?

Me gire y él estaba de pie detrás de una silla a mi lado.

--Las sillas se utilizan para sentarse.

--Ya lo se—Murmuro y tomo asiento.

Nuestra mesa era extraña, es decir, no éramos los populares, aunque teníamos la posibilidad de serlo.

Yo era una de las chicas mas lindas en el establecimiento, Matías era rubio, con ojos verdes, no era deportista pero levantaba pesas y tenia buen cuerpo, era el típico chico que sale con chicas. Luca era campeón en natación en nuestro colegio, ojos verdes y cabello marrón, era el novio de María desde los 14. Ella era bonita ojos marrones, cabello castaño y una hermosa piel, era una de las porristas.

La diferencia entre nosotros y los snobs, era que nosotros hacíamos nuestra vida sin molestar a nadie.

--Él es Daniel, el nuevo—Remarque las palabras para María.

--Hola—Contestaron todos.

--Disculpa que te pregunte—Comento Lucas—Pero… ¿Qué haces con alguien como ella?—Él nuevo me miro sin entender.

--¿Por qué lo dices?

--Porque ella—Seguro diría algo estúpido y no estaba de ánimo como para tolerarlo.

--Ramírez dijo que le mostrara el colegio, por ser su primer día.

--Ok. ¿Y que hiciste esta vez, para que te castigara?

--Llegar tarde.

--¿Otra vez?—Asentí.

--Y... ¿Por qué te cambiaste en esta época del año?—Mi amiga tan curiosa como siempre.

--Para ser sincero e sacaron del instituto anterior.

--¿Por qué?— Solo dijo eso para hacerse notar, como si alguna vez hubiera ido al instituto, después de ser convertido.

--Se puede decir que cause muchos problemas y no eran pequeños.

--Entonces eres el chico malo. —Matías reí, pero sabía que su comentario no era broma.

--¡Pues que bien!—Eso demostraba que Lucas estaba loco. Destape mi botellín y comencé a beber. —Porque te presento a la chica mala de aquí. —Me señalo. Casi me ahogo.

--¿Qué diablos estas diciendo? Yo no soy la chica mala.

--Y si no es así—Comento petulante--¿Cómo es que estas a una amonestación de que te saquen?

--No soy la chica mala. —Volví a repetir, lo que acababa de decir era cierto.

--No lo negaste—Su novia me miraba sorprendida.

--Entonces ¿Como se le llama a quien—Levanto su mano y comenzó a enumerar—Desafía a los profesores, llega tarde a casi todas las clases—Con cada cosa Daniel sonreía mas. Esto le resultaba cada vez mas gracioso.--Peleas que tengo que aclarar no son solo con chicas y …?

--Creo que ya entendimos—Le corte, no quería que dijera nada mas.

--Y yo que pensé que era el único.—No tenia tiempo para el nuevo.

--¿Cómo lo sabes?—Hable entre dientes. Le lance una mirada a Matías, él era el único que sabia eso porque casi siempre en las peleas me ayudaba o solo me sacaba.

--No se lo dije yo.

--Las paredes escuchan…--Comento Lucas. Me levante para golpearlo.

Justo toco la campana que anunciaba el fin de la hora del almuerzo. No me importaba. Pero mi amigo paso la mano por mi cadera y me acerco a él.

--Salvado por la campana—Le dijo al otro. Le lance una mirada asesina.

--A veces asustas.—Lo que el había sentido era su propio instinto avisando de mi parte vampira, pero era demasiado idiota para notarlo.

Salimos de la cafetería, aun no me había soltado.

--No es necesario que me sigas no le hare nada.

--Ya lo se. Pero me hubiera encantado ver que alguien le de una lección.—Me soltó. No teníamos la misma clase pero me acompaño, Daniel iba del otro lado.

--Nos vemos en español.

--No le hagas nada.

--No lo hare.—Compartía geografía con Lucas y Química con María.



Cuando toco la campana anunciando el fin de hora de Química, en la puerta Matías me esperaba.

--¿Qué tal?

--Aburrido.

--¿Y a ti que tal tu día como nuevo?

--Algunos profesores son muy buenos.

--Vámonos.—Llegamos a nuestro salón, esta era mi clase preferida, la profesora Alina era muy divertida y hacia las clases interesantes.

--Puedes sentarte allí, es el único asiento vacio—Señale uno de la primera fila a la izquierda, la chica que estaba allí parecía que iba a morir.

Mi asiento era el último junto a Mat.

Tome asiento y me quite la campera dejando la remera de mangas largas.

La profesora aun no había llegado estábamos aburridos y él me saco mi apunte.

--Oye dámelo.

--Nop

--Estoy hablando en serio—Comencé a reír porque no lo alcanzaba y mi amigo cada vez lo alejaba mas.

--Yo también.—Todos estaban charlando, excepto Daniel que me miraba fijo.

--Por favor.

--Si lo quieres debes alcanzarlo.

--Como quieras.—Estábamos muy cerca pero no importaba siempre habíamos sido amigos y así se quedaría.

--¿Tan poco esfuerzo haces?

--Si—Lo alcance y lo deje en el lado mas alejado de la mesa. Ahora me puse a mirar al frente aguantando la risa.

Matías no se dio por vencido y quiso alcanzar mi cola de caballo para despeinarme. Pero fui más rápida y agarre sus manos.

Con ese movimiento mis mangas retrocedieron y demostraron mis moretones, él me miro sorprendido y luego me frunció el seño.

Baje mis brazos y para mi suerte entraba Alina, le eche un vistazo a todos para ver quien mas lo había notado, nadie a excepción del vampiro que seguía viendo mis brazos como si pudiera ver las marcas en ellos.

--Mmm. Al parecer hay una cara nueva en mi salón. ¿Cómo te llamas?

--Daniel Sifrane.

--Muy bien. Me parece que los cambiare de lugar.

--¿Qué te parece con…?

Bajo mi respiración rogué —Si dios existe, que no sea conmigo, por favor que no sea conmigo.

--¿Qué te parece con Sasha Zafiro?

--No tengo problema.

--Tu Matías ven siéntate aquí.—Antes de levantarse me miro por ultima vez, aun enojado con lo que acababa de ver en mi brazo. Y se sentó en la otra punta de los aula.—Bueno chicos, hoy comenzaremos con otra novela de Shakespeare …--Y así continúo la clase. Ya no era mi clase preferida sino que la odiaba tanto como historia. Porque tener sentado a tu lado un vampiro no es muy lindo.

Aunque no parecía inmutarse con el olor a sangre de los que nos rodeaban, papá me había enseñado autocontrol antes de enseñarme a hablar.

En mitad de la clase mi amigo se dio la vuelta y me hizo señas de “Tu y yo vamos a hablar después” Asentí, estaba en problemas.

Oí una pequeña risa, mire a mi compañero de banco, suprimí las ganas de mostrar los dientes y soltar un gruñido, no me quería descubrir solo por un impulso.



Cuando finalizo la clase, nuestra profesora nos dejo salir antes, Matías me espero apoyado contra la pared, Daniel detrás de mi, cuando llegue a su lado el paso su mano por mi espalda y me llevo un poco alejada, pero el vampiro nos siguió.

--Oye tu—Estaba muy enojado, nuca tenia ese carácter—Espera aquí, quiero hablar a solas.—Y me llevo.

--No servirá de nada créeme.

--No intentes huir.

--No lo hago.

--¿Qué son esas cosas en tu brazo?—Discutíamos muy de cerca, cualquiera hubiera creído que estábamos por besarnos.

--Moretones.--Sonreí

--No te hagas la graciosa ¿Cómo te golpeaste?

--¿De verdad quieres saber?—Bufo—Ok. Me golpee en karate.

--No te creo.

--¿Porque?—Daniel no me quitaba los ojos de encima, parecía importarle también como es que me había golpeado.

--Me parece que no te haces eso practicando, yo creo que ha sido tu...-primero no entendí a lo que se refería con eso.

--¿Piensas que fue mi padre?—Le di un empujoncito, procurando no usar mi verdadera fuerza.

--Yo solo digo…

--No tú no dices nada. ¡Por favor conoces a mi padre! ¿Cómo puedes pensar eso?—Estaba furiosa y el también.

--¡En todas las veces que he ido y no son pocas jamás he visto nada referido a karate y Antonio nuca menciono nada!

--Eso es porque no le gusta presumir. ¡Eres un idiota!

--¿Qué?

--Lo que escuchaste. Tú más que nadie debería saber que papá jamás me haría nada. Y tú sabes muy bien que yo practico desde muy pequeña.

--Bueno. Lo lamento

--¿Crees que con eso es suficiente?

--Hola chicos.—María. No había notado que ya era hora de irnos.

--¿Interrumpimos?

--No—Hable entre dientes. Aun no dejaba de mirar a Mat.

--Si, si interrumpes.--¿Quería seguir discutiendo? En la cara de Luca creció una gran sonrisa.—Ni se te ocurra decir nada.

Yo camine entre medio de los novios enojada.

--¿Qué sucede con Daniel?

--No soy su niñera, él conoce muy bien la salida.

--¡Sisi!—Mat me llamaba. Camine con paso decidido hacia la puerta, cuando la abrí, afuera llovía a cantaros.

--Diablos—Murmure. Estaba por dar un paso pero alguien me sostuvo del codo --¿Qué?

--¿Qué estas haciendo?—Era Mat.

--¿Qué crees? Voy a casa.

--No con esta lluvia.

--¿Acaso ahora debo esperar a que emane?

--Nop, te vienes conmigo en mi auto.

--No lo creo.

--¿Qué pensara tu padre?

--Tal vez quiera golpearme—Su cara quedo en blanco.

--Sisi—Murmuro.

--¿Qué?

--Te vienes conmigo quieras o no.

--No.—Pero era tarde ya estábamos corriendo de la mano bajo la lluvia hasta su auto. Me abrió la puerta, subí. Y él se fue a dar la vuelta. Cuando se sentó se sacudo su cabello cubriéndome con una fina lluvia.--¡Hey!.

Encendió el auto, antes de salir del estacionamiento logre ver a Daniel en un auto negro.

Todo el camino lo hicimos en silencio. Cuando estaciono en casa yo estaba por bajar.

--Sisi.—Me voltee.

--¿Qué?

--Perdona, en serio, eso no fue lo que quise decir…

--Pero lo dijiste.

--Déjame terminar, solo prométeme que la próxima tendrás mas cuidado ¿Ok?

--Si papi.

--Muy graciosa—Me sacudió el cabello.

--Adiós—Un beso en la mejilla y un abrazo.

Salí corriendo, no llegue a tocar la puerta porque papá ya la había abierto. Saludo a Mat y cerro la puerta detrás de mí.

--¿Qué tal el clima?

--¿Sabias que iba a llover?

--Solo leí el periódico.

--Por eso ofreciste el auto.

--No, eso fue para que no llegues tarde. ¿Y que tal el día?

--Muy bien. El profesor me dio doble tarea por la tardanza.

--Sisi, si quieres mas tiempo libre deberías no tener problemas y obtener mas tarea.

--No te preocupes una noche mas que no duerma no lastima a nadie. Ahora por no obedecerte debe ir a cambiarme para estar seca.—El rio.

--Ve. No quiero que te enfermes.

--Claro y eso es tan fácil.

--Solo ve.