AYUDAME
No pude pegar un ojo en toda la noche, el tema de decirle la verdad a ese vampiro me tenia muy nerviosa y puede decirse que también ansiosa.
Me canse de dar vueltas en la cama, así que cogí mi ipod y presione reproducir, comencé a escuchar mi canción favorita de Paramore Looking up.
Respire profundo para calmarme y cerré mis ojos, se que las canciones de esa banda no eran relajantes pero causaban ese efecto en mi.
Ya era sábado y me levante después de haber dormido una o dos horas, papá estaba frente al televisor.
Vestí una blusa, un pantalón, y una campera para ocultar los vendajes de la noche anterior.
--Ya vengo.
--¿A dónde vas?
--A buscar mis estacas, espero encontrarlas.
--¿Quieres que te acompañe?
--No te parece que estoy un poco mayor como para ir enfrentar la mayoría de mis problemas.
--Vuelve temprano, recuerda que saldremos.
--Sip.
Camine muy lento, tomando todo mi tiempo, el lugar se veía muy diferente a lo que era la otra noche.
Estaba a unas calles, comencé a respirar profundo, tal vez Daniel aun siguiera allí, pero solo pude sentir el moho y un olor a podrido que provenía de las alcantarillas.
Llegue al callejón, todo estaba en orden como si nada hubiera sucedido, había unas manchas en el piso, formada por cenizas que habían quedado de los cueros incinerados.
Observe todo el callejón, me adentre en el pero nada, mis estacas habían desaparecido misteriosamente.
Rogué por que no hubiera sido mi salvador, porque no me quedaría otra que confesármele.
Oí unos pasos, eran unas chicas las cuales no repararon en mí y siguieron caminando.
Llegue a casa desilusionada por no haber logrado lo que quería, ¿Qué haría el lunes?
--¿Papá?
--¿Y?
--No estaban, no las encontré.
--Seguro las tienen Daniel.
--Súper, un vampiro que no me cae bien. —Si que sabia mentir. —Tiene mis armas mas preciadas.
--No seas tan pesimista.
--¿Papi, no íbamos a cazar?
--Yo iré, tu solo te alimentaras.
--¿Qué?
--Estas muy lastimada, y con lo sucedido anoche no dejaras de pensar en que harás y eso te hará despistada.
--Que directo. —Reí.
Subimos al auto, fui todo el viaje en silencio y Antonio no se molesto en sacarme de mis ensoñaciones.
Al llegar nos adentramos en el bosque, este era un lugar diferente al que habíamos ido la vez pasada, y agradecí aquello, me aburría si siempre era el mismo lugar.
No sabía a que se refería con “Tú te alimentaras” hasta que me lo demostró.
Él corrió tras un animal, podía escuchar sus pisadas en las hojas del bosque, lo atrapo y mordió.
Se acerco a mí con el animal en brazos, no pude evitar asustarme ante esa escena.
--Toma.
--¿Qué haces?
--No puedes cazar, yo lo hare por ti. —El corazón del pobre cervatillo latía levemente, tenia poco tiempo hasta que muriera, por lo que no tarde en clavar mis colmillos en el suave cuello del animal.
El repitió esa acción un par de veces, luego comenzó a cazar por su cuenta y yo solo me limite a caminar por ahí, estaba aburrida, y para mi enorme desgracia no podía dejar de pensar en él.
Escuche la voz de papá a lo lejos, me estaba llamando, ya era hora de regresar a casa para que no se le hiciera tarde para ir a trabajar.
El camino a casa fue silencioso, el brazo me dolía un poco pero no tanto como para alardear sobre ese tema.
Llegamos a casa y estaba por irme a mi habitación cuando Antonio me llamo, no sabía para que pero fui a sentarme en el sofá.
Papá no tardo en llegar con un botiquín de primeros auxilios, me tense y no tarde en preguntar.
--¿Para que es eso?
--Si queremos que tu herida se cure mas rapido, debemos mantenerla limpia.
--¿Qué?
--Que debemos renovar la venda para que no se infecte , duela más y tarde el doble en sanar.
--Ok.
Comenzó a sacar la venda de poco, intente no mirar mi brazo pero no lo logre, cuando lo vi, lo único que pude hacer fue quejarme. ¿Cómo haría para ir a trabajar? No podría luchar con un brazo en ese estado, me dejaría en desventaja.
Limpio de nuevo la herida, pero esta vez sin anestesia, tome profundas respiraciones con la mandíbula apretada para no gritar.
Luego saco otra venda y cubrió donde tenia los puntos de mi brazo, por suerte era con delicadeza.
--Ya esta.
--Gracias. ¿Crees que…?
-- Ayer fui bastante claro, nada de salir hasta que estés más curada como para defenderte, o sino volverás peor.
--¿Cuánto tiempo será?
--No lo se, si te curas como siempre en tan solo unos días ya podrás regresar a las calles, pero sino serán unas semanas.
--Siempre sano con más rapidez, y esta no será la excepción.
--Eso espero, pero no te ilusiones.
--Está bien. Iré a mi cuarto.
Adelante un poco de mi tarea, para no atrasarme, y tampoco frustrarme con los días que estaban por venir.
Domingo.
Antonio ya había vuelto de trabajar, me senté para ver como hacia las tareas domesticas que yo no podía, era divertido con la rapidez con la que se movía, solo era una mancha o tal vez unos ruidos.
Luego el se puso a cocinar.
Era lo que mas le gustaba porque lo hacia con una gran sonrisa de suficiencia en su rostro.
Todo olía de maravilla, y verlo cocinar era un espectáculo, sus movimientos al cortar, parecía seguir un ritmo que no podíamos oír.
Después de la comida, me senté frente a la televisión para pasar el tiempo pero no había nada interesante, por lo que saque un libro de mi cuarto y comencé a leerlo.
De pronto una gran idea vino a mí.
Tenia el plan perfecto para no decirle nada a Dan, y eso era evadirlo a toda costa, yo sabia que no podría lograrlo pero si lo haría con ayuda, y allí es donde entraba mi querido amigo Mat, además después de todo el me debía una bien grande.
Faltaba poco para que Antonio se fuera, entre a mi baño y comencé a ducharme, mañana seria un largo y apesadumbrado día.
Cuando Salí de bañarme, me vestí y con mucho cuidado intente no hacer algún movimiento brusco con mi brazo para que no empeorara y me pudiese recuperar.
Papá estaba con el periódico en sus manos, parecía estar muy sumido en esta tarea.
Me acerque lentamente a el, tenia en mente asustarlo pero antes de que abriera mi boca el hablo, dejándome asustada y sorprendida a mi.
--¿Sisi?
--Yo…--Intente recuperarme. —Me acabo de bañar, ¿puedes vendarme de nuevo?
--Claro. —En un santiamén el ya estaba frente a mi con el mismo botiquín y repitiendo las mismas acciones de anoche.
Ya era hora de que se marchara y le di un abrazo y un beso.
Antes de entrar a mi habitación tome un calmante para que el dolor pasara, pero creo que no causo efecto alguno en mi.
Ya era el lunes, me vestí, con una remera mangas largas y un vaquero, con mis tenis favoritas, encima ,me puse una campera, la cual era mi favorita.
No desayune muy bien porque iba con prisa y tenia que llegar al instituto antes que Dan y hablar con mi amigo antes de que el pudiera hacer o decir lo contrario.
Corrí a velocidad humana hasta llegar al establecimiento, en momentos como estos agradecía no sudar como lo haría cualquier chica que hubiera corrido tanto como yo.
Logre divisar a Lucas, Mat y algunos de sus amigos y compañeros que estaban hablando con ellos.
María estaba junto a otras animadoras, hablando de no se que, realmente no me importaba.
Camine hasta llegar a mi amigo.
--Hey Sisi. —Saludo Mat.
--¿Qué haces aquí tan temprano?—Indago Lucas.
--Tengo que atender unos asuntos. —Me pare al lado de mi mejor amigo y lo tome del brazo. — ¿Me lo prestan unos minutos?—Les dedique mi mejor sonrisa, todos aceptaron sin pensar.
--¿Qué no puedes esperar?—Se quejo Lucas.
--Al parecer no. —Le murmure. —Gracias chicos. —Les guiño un ojo y todos me sonrieron como idiotas. Pude oír a mi compañero bufar por la reacción de los otros.
--¿Qué sucede?—Mat me miro fijamente.
--Necesito que me ayudes. —Antes de que pudiera replicar, aunque no creo que lo hiciera agregue. —Recuerda que me debes una bien grande por lo de Jake.
--Claro.
--No quiero que preguntes nada respecto a lo que te pediré.
--Eso me da curiosidad pero hare lo posible.
--Necesito que no dejes que Dan se me acerque en todo el día. —Hable rápido.
--¿Por qué?
--Te dije ninguna pregunta. ¿Podrás hacerlo?
--Si claro, eso se me hará muy fácil aunque no se lo que vayan a pensar los demás.
--No me importa, solo no dejes que me hable.
--¿Qué te ha hecho?
--Nada—Respondí a la defensiva.
--¿Entonces porque no…?
--Mat, no quiero que me preguntes nada.
--Lo siento. ¿Me puedes hacer otro favor?
--¿Qué?
--Bueno, Lucia y yo saldremos mañana y Jake estará en el entrenamiento, puedes ir y llamarme cuando el salga para que nosotros podamos volver a tiempo.
--Ok. —Estaba por irme pero el me atrajo hacia si
--Futuro novio a la vista.
--El no es mi futuro novio. Tendrías que estar de mi lado no del suyo. —Me queje a lo que el solo me sonrió.
Mat y yo ingresamos juntos al instituto, él se despidió en la puerta del salón de historia con un beso en la mejilla.
Tome asiento, por el rabillo del ojo note cuando Dan ingresaba al salón, antes de que se fijara en mi desvié la mirada.
El profesor entro y no perdió su oportunidad para decirme algo de muy mal gusto.
--Oh que sorpresa, al parecer Zafiro y Sifrane se han levantado más temprano para venir a clases. —Me mordí la lengua para no levantarme e insultarlo.
La clase continúo con las mismas preguntas de siempre pero esta vez solo a mí.
La clase finalizo, cerré los ojos y rogué que Dan no se me acercara, pero al parecer nadie me escucho.
--Hola. —Su voz era un tanto fría.
--Hola—Susurre.
--Yo…em…quisiera
--Vamos que se nos hace tarde. —Mi amigo estaba apoyado en el marco de la puerta esperándome.
--Ya voy. —Pase por el lado de Daniel y el se quedo mudo, no me pararía ni haría nada estúpido frente a Mat.
--Hola Dan ¿que cuentas?—Saludo mi amigo antes de que el vampiro abriera la boca.
--Nada ¿Y tú?
--Igual nada. —Se encogió de hombros, mi amigo no se despegaba de mí para nada, y agradecí por ello.
Llegamos a la siguiente clase e hizo lo mismo que antes, me dio un beso en la mejilla y se despidió, remarcando frente a Daniel que nos veríamos luego.
No dijimos nada y él no despegaba sus ojos de mi, me estaba sintiendo muy incomoda.
La clase igual termino y Salí de allí apresuradamente, si me alcanzaba estaba muerta.
--Sasha…--Doble por el pasillo y me encontré con Mat, que por poco corría para alcanzarme.
--Sisi, perdón pero mi profesor nos hizo quedarnos un poco mas…--Paso su brazo por mis hombros y me dio un beso en la mejilla y me susurro—Dime la razón por la que no quieres que se te acerque. —Yo negué.
--Sasha…--Volvió a llamar Dan.
--¿Qué?
--Yo…--No termino porque noto que el brazo de Mat estaba sobre mis hombros. Nos mire a la cara a ambos, el echaba chispa por los ojos, lo mas seguro era que fueran celos.
--¿Qué querías Dan?—Pregunto desafiante mi amigo.
--Nada olvídalo.
--Em ¿Ustedes…?—No sabia como hacer la pregunta.
--Luego te cuento todo. —Contesto mi amigo con una sonrisa.
--Espero que todo. —Respondió Daniel enojado.
--¿De que hablan?—Intente sonar inocente y creo que lo logre, eso espero.
--De nada Sisi. —Mi amigo me dio un beso en la mejilla.
--¿Seguro?
--Si—Otro beso. Realmente estaba sorprendida por como Dan estaba aguantando lanzarse sobre mi mejor amigo y acabar con el, en menos de unos segundos.
--Adiós Mat—Daniel hablo muy fuerte para que nosotros dos nos separásemos y yo entrara al salón.
--Ya lo se Daniel. —Hable arrastrando las palabras.
--¿Entonces?--¿Cómo es que aun no se había ido? Tenia que aceptarlo, era un chico muy terco. Parecía no entender las indirectas, pero en el estado en el que se encontraba no me dejaría sola con Mat ni siquiera un segundo.
--Puedes entrar no tardare. —Le sonreí. Pero el se planto y parecía no querer moverse, se cruzo de brazos.
--Mejor que entres o te amonestaran.
--Está bien. —Le di un fuerte abrazo y el también.
--Los veo en el almuerzo. —Se despidió Mat y se marcho.
--Adiós.
Pase sin mirarlo, puede que estuviéramos fingiendo, pero eso no le daba derecho a hacerlo lo que hacia.
Suspire resignada, y comencé a tomar los apuntes, esta era mi clase preferida.
El profesor volvió a hacerme la misma petición, pero mi respuesta fue la misma que la del viernes, “No tenia tiempo para actividades extracurriculares”.
Cuando salí, mi amigo me estaba esperando junto a Dan, ellos no se hablaban pero mi amigo al verme, me dedico una gran sonrisa, a lo que Dan solo bufó.
Cuando llegue junto a ellos, mi amigo hablo antes que el vampiro, era gracioso ver su cara de frustración.
--¿Por qué tardaste?
--El profesor quería hablar conmigo a solas sobre unos cursos después de clases.
--¿Y?
--Como ¿Y?
--Le dije que no claro.
--Sisi, sabes que a Antonio le encantaría que hicieras eso, además el ingles es uno de tus idiomas favoritos.
--Lo se, pero sabes muy bien que no tengo tiempo, estoy muy ocupada siempre.
--Lo había olvidado.
--No te preocupes.
--Aunque deberías ordenar tus prioridades.
--Y lo están, por eso no puedo agregar mas cosas a mi larga lista de tareas.
--Eso me parece bien. —Mi amigo me paso su brazo por la cintura y me atrajo hacia él.
Yo no me opuse, no me molestaba aunque me dolía ver la cara de mi vampiro favorito, se veía muy mal y claramente era mi culpa.
Jure que si descubría quienes eran los que estaban vigilando los mataría uno por uno.
Yo hice lo mismo y comenzamos a caminar así de juntos.
Ni hablar de que cuando hicimos eso, la mayoría de los que pasaban se volteaban para ver si estaban viendo bien o solo era su imaginación la que los estaba engañando.
En ese momento fue cuando mi Dan ya no pudo mas, y dejo de caminar.
--Daniel ¿Qué te sucede?—Pregunto Mat.
--Nada… solo olvide algo—Señalo su espalda. —Los veo después chicos que la pasen bien. —Antes de que nosotros volteáramos para seguir me permití una última mirada.
Daniel no se había movido de donde estaba y sus ojos demostraban un profundo dolor, que sentí que llegaba hasta mi y me rodeaba, sentí unos calosfríos recorrerme toda la columna vertebral.
Mi amigo me miro a los ojos y yo solo negué, no quería decirle nada sobre lo me estaba sucediendo en esos momentos y que tan culpable me sentí por hacer esto.
Antes de entrar a la cafetería nos paramos, ya no había nadie a nuestro alrededor.
Tome un gran suspiro, y cerré mis ojos.
--Ok.
--Vamos Sisi. —Lo mire.
--¿No se va a enojar tu novia?
--No es mi novia.
--¿No se besaron en la noche del viernes?
--Si.
--¿Entonces?
--También lo hicimos el miércoles y eso no significó que fuéramos novios, además te estoy ayudando y no me puede reclamar nada.
--Entiendo.
--¿Lista?—Me sonrió.
--Lista. Y quiero ver la cara de Lucas cuando nos vea, no tendrá precio.
--Lo mismo digo.
--Espera. —Antes de entrar le envié un mensaje a María “Mantén la cámara de tu teléfono lista para sacarle una foto a Lucas”
--¿Qué haces?
--Nada. —Nos tomamos de las manos y comenzamos a caminar entre las mesas, los murmullos que se levantaron al vernos eran demasiados como para entender que decían. —Pero le aclararemos todo después de que las clases acaben.
--¿Todo?
--Bueno, no le diremos la parte de Daniel, es obvio, pero les diremos que todo fue una broma. —El solo rio junto a mí.
Trague saliva, pero mantuve la frente en alta, buscamos la mesa donde nos sentábamos siempre y nos dirigimos hacia allá.
María nos miro con los ojos bien abiertos y yo no pude evitar sonreír ante esa imagen.
--Hola chicos. —Saludo mi amigo.
No sentamos y me acomode al lado de Matías, Lucas nos miro fijo y su boca se abrió, sus pupilas se dilataron y creo que empalideció.
Un flash de fotografía nos cegó a todos, esa era María con su teléfono, no pudimos evitar reír. Ella me mostro la imagen y reí aun mas fuerte.
--¿Qué te parece?
--Deberías ser fotógrafa.
--¿Para esto fue el mensaje?—Mat me susurro al oído demasiado bajo, yo solo asentí con una gran sonrisa.
--¿Qué diablos les pasa?—Lucas casi grita.
--Nada ¿Qué te hace pensar eso?—Pregunte.
--Díganme que es una broma, por favor, díganme que es una broma.
--¿Broma?—Interrogo Mat.
--¿De que broma hablas?—Repetí.
--¿De eso querías hablar esta mañana?—Lucas me remarco cuando lo había separado del grupo.
--No, claro que no—No pude evitar reír ante ese comentario.
--¿Entonces de que?
--Si me podía ayudar con historia.
--Y yo aproveche para decírselo. —Mi amigo se encogió de hombros como si fuera lo más normal.
--Ok, esto es muy raro.
--No lo creo. —María salió en nuestra defensa. —Para mi es muy, muy lindo.
--Si mi vida lo que digas—Lucas la beso.
--O que dulces—Comente sarcástica.
Almorzamos sin cruzar palabras.
Ya casi era la hora de que termináramos y Lucas se levanto y agarro a Matías que en ese momento me tenía abrazada y le dijo.
--Vienes conmigo ahora. —Lo levanto y se lo llevo, solo los mire como se marchaban y Mat parecía divertido y Lucas todo lo contrario, me carcajee un poco por su actitud.
--No le agrado la noticia.
--Ya lo se.
--Pero de verdad se ven bien juntos.
--Mari, es mentira. —Hable lento y ella quedo muda.--¿Estas bien?—Pase la mano en frente de su rostro.
--Pero, Mat te abraza y besa constantemente.
--¿No lo ha hecho antes?
--Si pero…
--¿No te has fijado que no se acerca nunca a mi boca?
--Ya veo.
--¿Por qué?
--¿Por qué que?
--Lo de fingir ser novios.
--Para divertirnos un poco, mañana todo será normal.
--Ahhh.
--Pero no se lo digas, lo haremos al final del día.
--Está bien, mi boca esta sellada.
--Siento pena.
--¿Por?
--Tu novio esta por matar al mío.
--Sera mejor que vayamos antes de que se ponga feo.
-Si, tienes razón.
Salimos de la cafetería, por el mismo lugar que los chicos, escuche algunas palabras pero antes de que nos vieran paramos para oír su discusión.
--¿Acaso estas loco?—Esa era la voz de Lucas.
--No.
--¿Por qué estas tan tranquilo?
--¿Debo estar asustado?
--Si porque voy a matarte.
--¿Puedo saber el porque?
--Por tener de novia A TU MEJOR AMIGA.
--Esos son mis problemas. Y me tengo que ir, Sisi se debe estar preguntando porque tardo tanto.
Nosotras corrimos hasta donde habíamos estado sentadas, y aparentamos haber estado allí todo el tiempo.
--¿Estas todo bien?—Pregunto María.
--Si, Mari. —Respondió Lucas.
La campana sonó y todos nos marchamos a nuestras clases.
En geografía Lucas me miraba, y en química María no dijo nada para que Daniel no tuviera la oportunidad de escuchar.
Ya era la hora de español, y todos entramos, la profesora tardaría en llegar, ya nos lo había avisado, y justo cuando Daniel estaba por comenzar a hablar, Mat nos interrumpió.
--¿Molesto?—Pregunto divertido.
--Si. —Respondió Dan.
--Para nada. —Le sonreí.
--¿Nos escuchaste?
--¿Cuando?
--No mientas, nos siguieron para ver que decía Lucas.
--¿Quién te lo dijo? ¿Acaso me viste?
--No te lograría descubrir nunca, pero te conozco y se que no te lo perderías por nada.
--Yo que tu, lo hubiera goleado.
--No, el pobre, recibió la noticia muy mal.
--Lo se.
--Me sorprendió lo último que me grito.
--Lo de “Tener como novia a tu mejor amiga”.
--Si esa. —Nosotros reímos de nuestra broma privada.
--Hola chicos. —Esa era nuestra profesora.