♥¿QuE bUsCaS?♥

viernes, 25 de diciembre de 2009

Capitulo 15: BAILE

BAILE

Por suerte esa mañana el profesor Ramírez, no me dirigió la palabra, siquiera para saludarme, y eso me hizo sentir mejor.

Alguien menos con quien tenia que lidiar.

Dan seguía caminando a mi lado, me dolía rechazarle, y me volvía loca que no me escuchara cuando le pedía que se marchara y se alejara de mi, era muy duro.

Por entre clases, veía a Mat que se acercaba “sigilosamente” para hablar conmigo pero yo lo esquivaba o cambiaba de dirección para no oír sus patéticas palabras de disculpas.

--¿Es necesario que le hagas eso?—Pregunto Dan, que caminaba a mi lado.

--Después de lo que hizo, lo que le estoy haciendo es muy poco.

--Eres rencorosa—Comento.

--Por desgracia si—Suspire, y entramos a la siguiente clase.

No hablábamos, era ya la hora del almuerzo y caminamos en silencio, bueno al menos en la que respecta a los oídos humanos, ya cantaba una canción de Green day.

Es por ello que Dan iba con una gran sonrisa en su rostro, se divertía oírme cantar.

Entramos a la cafetería y fuimos a sentarnos.

--Hola—Saludo María.

--Hola. —Murmure un saludo.

No compre nada, no tenia hambre, es mas tenia un nudo en el estomago.

Había mucho barullo en el recinto y eso me estaba causando un dolor de cabeza insoportable.

Y para agregar algo mas a la larga lista de problemas, Mat venia hacia nosotros con una vendeja de comida además de una gran sonrisa en su rostro al verme sentada en su mesa.

Camino mas rápido, cuando llego, el se sentó a mi lado y me miro, yo desvié mis ojos a otro lado.

Él entendió la indirecta, a lo que suspiro profundamente, con mucha tristeza y dijo:

--Sisi, yo...—Me levante de la mesa de forma brusca dejándolo con las palabras en la boca.

Daniel alcanzo a agarrarme la muñeca y me volteo, me dedico una mirada severa pero no le di ni la más mínima importancia, nada de lo que dijera o hiciera haría que volviera a mi lugar.

No dije nada tire para que me soltara y lo hizo, comencé a caminar hacia las puertas y oí la voz de Matías.

--¿Que diablos le hiciste?— Preguntó enfadado Mat a Daniel.

--Creo que TU deberías hacerte esa pregunta—Espetó el vampiro.

--¿Que hice yo?—Pregunto Matías confundido.--¡Daniel que hice!—Casi grito.

--A mi no me metas. —Se quejo Dan.

Oí unos pasos detrás de mi, sabia que Mat me estaba siguiendo, así que antes de que el llegara a tocar mi hombro para llamar mi atención me voltee y puse mi mano en su pecho para que estuviera a una distancia considerable.

--¿Como...?—Pregunto confundido.

--Si vienes a disculparte será mejor que ya te marches porque no estoy para este tipo de cosas, ¿Ok?

--Pero, Sisi yo...

--Tú nada. Tengo que irme. —Lo deje allí parado sin importarme cuanto lo estuviera lastimando.

Las demás clases siguieron igual, esquivando al chico quien solía ser mi mejor y único amigo.

Dan se había saltado las dos ultimas clases y no se porque diablos, se había molestado en comunicármelo.

En español antes de que la profesora entrara al salón, el se sentó frente a mi.

--Sisi...

--¿Ahora que quieres?

--Solo escúchame.

--Ya te he dicho...

--Lo se, lo se. Al menos déjame disculparme. Quiero pensar que al menos lo he intentado.

--Claro, y si no te perdono todo es mi culpa ¿no? Eres...

--Nooo. Yo no quería decir eso, ¿Porque haces todo tan difícil siempre?

--Porque la vida es dura, acostúmbrate.

--Quiero que me escuches, solo eso, luego tú harás lo que quieras.

--OK.

--Mira, lo que dije.

--¿Sobre que era...?—No me dejo terminar.

--No quiero que lo repitas, ya es demasiado con que lo haya dicho yo siendo tu mejor amigo—Blanquee mis ojos. —Bueno, eso, es mentira. Tú no eres así en lo absoluto.

--¿Soy peor?—Fingí indignación.

--No, claro que no, eres la mejor, más linda e inteligente chica que conozco. —Mat se ruborizo.

--Claro—Dije—Ahora ve a decirlo eso a cualquier chica que seguro te creerá y caerá a tus pies.

--No, no entiendes. —Dijo exasperado. —Lo digo en serio, por favor, entiende.

--¿Que quieres que entienda? Tú fuiste el que me grito, insulto y zamarreo.

--Lo se. —Dijo nervioso, su expresión mostraba tristeza y arrepentimiento. —No quise hacerlo.

--Pero lo hiciste.

--Yo no quería hacer eso, no quiero que te vayas del instituto, me aburriría sin ti.

--Tienes a Lucas y a María.

--Ellos no son mis mejores amigos, no me conocen como tu.

--Tienes razón, por eso se que lo que hiciste fue de manera consiente y lo que me acabas de decir es mentira.

--Créeme—Rogo—Cuando dije eso fue en serio.

--Como digas. —Comente.

--Sisi, yo...—Sonreí.--¿Te diviertes viéndome rogar?—Parecía triste y enojado.

--¿Duele?—Me acerque a él, Mat desvió la mirada para no verme directamente a los ojos. Asintió. —Acostúmbrate. A mi me dolió lo que me dijiste, yo soporte, lo podrás hacer tu que no te importa nada de mi.

Él estaba justo por contradecirme, pero la profesora entro al salón en ese instante.

Durante la clase Matías se dedico a darme miradas a escondidas, a lo que no me molesto en lo absoluto, solo porque yo lo estaba ignorando constantemente.

Apenas sonó la campana, me marche y no mire atrás, alguien me llamo en el estacionamiento.

Me voltee, conocía esa voz y sabia que era Matías.

--Sisi.

--¿Que?—Pregunte con irritación.

--Escucha.

--Ya lo hice, y no sirvió de nada.

--Ok. Se que lo que me haces me lo tengo bien merecido.

--Entonces...

--¡Es que no lo soporto! Odio que me hagas eso. Y no me digas que me acostumbre porque ni en un millón de años, me acostumbraría a estar sin ti.

--¿En serio? Que tierno eres—Comente.

--No te hagas la sarcástica conmigo.

--Entonces deja de decirme las cosas que les dices a todas las chicas con las que te acuestas.

--Ya te dije que no es así. Eso solo te lo digo a ti.

--¿Sabes? No tengo tiempo para este tipo de cosas, me voy. —Pero me agarro de la mano y no me soltó cuando tire de ella.

--¿Tan malo fue lo que hice estando ebrio?

--No solo cuando estuviste ebrio—Murmure apenada.

--Te dije que lo siento.

--No puedes reparar todo con un simple “Lo siento”.

--Pero es la verdad. Te estoy diciendo la verdad.

--¿Cuantas veces te he perdonado tus estupideces? Te he perdonado que—Comencé a enumerar con mis dedos—Dijeras que mi padre me golpeaba, burlarte de no besar a los chicos con los que salgo, que te enojaras con Daniel siendo que el no tenía que ver con nada de lo que sucedió entre nosotros y te enojaras conmigo por no entretener al novio de la chica con la que sales, entre otras cosas.

--Lo siento.

--¿Lo ves? Siempre arreglas todo con un inservible “Lo siento”.

--Sisi, por favor perdóname.

--¿Porque?

--Por todo lo que hemos pasado juntos.

--Esa es la escusa mas estúpida que he oído ¿Le dices eso a todas las chicas con las que has salido por menos de una semana?

--No, jamás le diría eso a nadie.

--¿Y porque a mi si?

--Porque para mi si fue importante. —Murmuro muy avergonzado y entristecido.

--Solo te perdonare si me dices porque te embriagaste anoche.

--Bueno yo...

--Mat, dime. Necesito saberlo.

--No pensé en embriagarme. Solo bebí porque quería olvidar que estabas enojada conmigo, que me odiabas y todo eso.

--¿Y no mediste lo que tomabas?

--Para nada, solo espere olvidarlo.

--Es raro en ti.

--¿Porque lo dices?

--jamás bebes mas de dos cervezas, además si es así, es entre nosotros dos, y mayoritariamente es Lucas quien se embriaga, y debo decir que se comporta mejor que tu. —El me sonrió. Pero me dio un fuerte abrazo y me levanto del suelo.

--Hola—Dan estaba detrás de mí. Con una sonrisa de amistad forzada y no se porque.

--Pensé que te habías ido—Mat me soltó.

--Pues aquí estoy. —Me miro.--¿Esta todo bien?

--Si. —Dijo mi amigo con mucho entusiasmo, me beso la mejilla y me despeina.

--Es tarde. —Dije viendo mi reloj.

--Te veo mañana Sisi—Me dio otro abrazo y salió corriendo a su auto.

Parecía un pequeño niño, comencé a caminar y deje atrás a Dan, pero el me cogió del brazo he hizo que me volteara.

--¿Que sucede?—Pregunte desconcertada.

--¿Tu bebes?

--¿Si yo que?—No entendía nada.

--Si bebes cerveza. —Estaba por contestar pero me corto—No lo niegues te oí, tu bebes cerveza con Mat.

--No te lo iba a negar—Comencé a reír.

--¿A no?

--Para nada.

--¿Tu padre sabe?

--Oye, es un vampiro, por mas que me bañara y cambiara de ropa, podría oler el alcohol en mi sangre. —Reí aun más.

--¿Entonces de que te ríes?

--Un secreto.

--¿Cual?—Me acerque y pegue mis labios a su oreja, el se tenso ante mi contacto.

--El alcohol no tiene efecto en mí.

--¿Que?

--Lo que oíste, por eso es tan gracioso, no puedo embriagarme.

--No me esperaba eso.

--Lo se. Pero tengo que irme.

--¿Te llevo?

--Conozco el camino a casa, no voy a perderme. —Comencé a caminar y me dirigí a casa.

Antonio me esperaba con una gran sonrisa en su rostro. Lo mire y levante una ceja.

--¿Que tal tu día?—Sus ojos brillaron.

--No se a que te refieras, pero fue una grandísima...

--Sasha Zafiro, cuida tu vocabulario.

--Ok. —Subí a mi cuarto a hacer la tarea.



Esa noche seguí de nuevo a ese grupo y oí que se juntarían este sábado a medianoche.



Por la mañana estaba muy feliz de saber cuando se encontrarían y así poder tener más información.

El día paso normal, aunque antes de ir a la cafetería Jake comenzó a seguirme.

Yo no quería hablar con él, de nada, por lo que comencé a caminar en dirección contraria a la suya, con la esperanza de que dejara de seguirme.

Para mi terrible desgracia, la única dirección de escapatoria era por donde caminaba Dan y el con su gran ego pensaría que lo estaba siguiendo.

Los pasillos ya estaban vacios, me voltee para mirar donde estaba Jake pero lo había dejado atrás.

Estaba por dar un paso y me choque contra algo duro, casi caigo al piso pero unos brazos me detuvieron.

Bufe al ver la sonrisa en la cara de Daniel, cuando me miro.

--¿Debo suponer que me estabas siguiendo?

--No te creas tan afortunado.

--Entonces que hacías.

--Yo estaba...—No admitiría que estaba huyendo y menos delante de él.

--Sigo esperando—Su sonrisa creció y eso me hizo enfurecer.

--Yo...

--Sasha—Era la voz de Jake. Me había encontrado. Insulte en voz baja y Dan me miro sin entender. —Por fin te encuentro.

--No sabia que me buscabas—Le mostré mi mejor sonrisa.

--Bueno, quería avisarte algo.

--Si ¿Que?

--Que iras al baile conmigo. —Soltó.

--¿Baile?

--Si, el de este sábado en la noche.--¡Mierda!—Lamento no haberte dicho antes y dejarlo para último momento pero he estado muy ocupado.

--¿Que...?

--Considérate afortunada de que iras conmigo y no con algún perdedor. —Oí lo dientes de Daniel apretarse con fuerza.

--¿Que te hace pensar que iras conmigo? Es más, el afortunado serias tú. —Le escupí las palabras en la cara.

--Es lo que me gusta de ti, eres la chica difícil, mala y peligrosa. —Comento con voz sexy.

--Te demostrare que tan peligrosa puedo llegar a ser—Murmure muy bajo, estaba por dar un paso hacia el pero una mano me sostuvo.

--Lo siento—Dan, que hasta ese momento había estado en silencio le hablo a Jake—Pero tienes razón, has estado muy ocupado, y seré yo quien te de la mala noticia. Sasha no ira contigo.

--¿Porque?—Demando Jake

--Porque ira conmigo. —Esto era cada vez peor. —Suerte para la próxima amigo. —Dan le mostro una sonrisa victoriosa.

--Tienes razón, será la próxima.

--Lo siento—Le dije con una sonrisa. Cuando Jake se hubo marchado me voltee para mirar a Dan. —Gracias por esa mentira. —Su sonrisa creció y eso no era nada bueno.

--No fue una mentira.

--¿Como?—El se acerco a mí.

--Tú irás conmigo a ese baile.

--No lo hare.

--Me lo debes.

--¿Por que te debería algo?

--Porque salve tu vida, entre otras cosas. —Él tenía razón, yo se lo debía, y no podía negarlo.

--Ok. Pero debo irme antes de medianoche.

--¿Porque mi linda cenicienta?

--No te hagas el gracioso, tengo trabajo.

--Ire contigo.

--¿Porque eres tan molesto?

--Porque te gusta que sea así.

--No me molestare en responderte.

--Lo se, no tienes nada que decir.

Volvimos a la cafetería y yo por mi lado muy enojada, siempre se salía con la suya y yo no. Dan caminaba a mi lado orgulloso de si mismo.

Cuando me senté busque a Jake con la mirada, y vi a su novia aparte, con otras porristas.

--¿Que sucede con Lucia?—Pregunte muy curiosa.

--Terminaron—Respondió Lucas.

--No, Jake termino con ella—Dijo Mat a mi lado.

--Pobrecilla—Dijo María y yo no pude contener una carcajada al igual que Lucas.--¿De que ríen?

--Por favor. —Se quejo Lucas

--Que tanto finge estar ofendida si fue ella la que le puso los cuernos a Jake, con este chiquillo—Señale a Mat.

--Oye... Tienes razón. —Nadie dijo mas nada.



En la salido Mat me alcanzo. En el aparcamiento.

--¿Que quieres Mat?

--¿Es cierto?

--¿Que cosa?

--Que iras al baile con Dan.

--Ni lo menciones.

--¿Perdiste una apuesta contra Lucas?

--Claro que no.

--¿Entonces por...?

--Le debía algo y el se lo cobro con eso y nada mas.

--Ahhh. —Siguió a mi lado--¿Quieres que te lleve?

--¿No iras con Lucia?

--No.

--Está bien, ire contigo.



La semana transcurrió normal, nada fuera de lo común, solo me molestaba que cada día a cada hora Dan me recordara lo del sábado con suma satisfacción.



El gran día había llegado, le había pedido a él que fuera por mí a las 8:30 p.m. Y así fue.

Me coloque un vestido ajustado y de color blanco pegado a mi cuerpo, llevaba una estaca escondida, en la entrepierna, era imperceptible a la vista.

Había enrulado mi cabello ondulado y puesto un broche con una S, que era de mamá, para recoger mi cabello, me veía muy bien, no estaba usando maquillaje, y eso me hacia un poco mas bonita.

Escuche unos golpes en la puerta y baje despacio, tomando profundas respiraciones.

Lo que me esperaba esta noche era el mismo infierno, debía resistirme al chico más sexy sobre la tierra.

Abrí y él estaba con frente a mí con un traje negro. Estaba apoyado en el marco de la puerta con una sonrisa triunfal, que aparte de enfurecerme como nadie me embobo.

--Hola. —Me extendió una mano con un ramo de rosas blancas. Lo mire fijo.

--Muy gracioso.

--Puedo decir que te ves...

--¿Inocente?

--Estaba por decir sexy, pero como tu digas. —Salimos y nos fuimos al baile. Daniel conducía con una sonrisa.

--Lo estas disfrutando ¿no es así?

--Claro, tengo a la chica más difícil, mala y peligrosa conmigo. ¿Porque no hacerlo?

--No te responderé.



Llegamos y me tendió una mano para salir del auto, lo hice a regañadientes, pero con una sonrisa.

Su tacto fue suave.

Antes de entrar, tome un profundo respiro y Daniel me miro con una gran sonrisa en el rostro y yo no pude evitar devolvérsela.

Muchos se voltearon a mirarnos, sus ojos estaban tan abiertos como platos.

--Y yo que solo me consideraba bonito—Murmuró él a mi lado.

--Orgulloso—Murmure muy bajito.

Matías nos saludo y nos dirigimos hacia donde estaban ellos, hablando, Lucas no dijo nada se limito a mirarme tan sorprendido como los demás.

María y Lucia estaban hablando y las dos me sonrieron, me separe de mi compañero y me fui con ellas.

Las dos reprimieron un pequeño grito al verme, ellas estaban radiantes.

--Por dios ¡Sasha!—Exclamo Lucia cuando me vio.

--Estas preciosa—Comento mi amiga.

--Gracias chicas ustedes también. —Les agradecí.

--No nos dijiste que vendrías con Daniel.

--Básicamente nadie lo sabia, y no tenia pensado venir, tenia mucho que hacer.

--¡Pero viniste!—Exclamaron entusiasmadas.

--Parece que si—Estaba divertida por la reacción de ambas.

--Hola—Esa voz provenía de mi espalda—Disculpen, pero se la arrebataré por unos momentos ¿Les molesta?

--No—Respondieron las chicas con unas sonrisas tontas en sus rostros, a lo que yo blanquee los ojos.



Me llevo a la pista de baile y comenzamos a bailar.

Todos hacían lo mismo, incluso Lucas y Matías con sus novias. Solo suspire y seguí el ritmo, que me marcaba Dan.

Mi compañero pego su cuerpo mas al mío para seguir bailando con las canciones lentas.

--No abuses—Me queje.

--Te tengo cerca de mí bailando, y todos los chicos del instituto celosos por ello, disfrutare tanto como pueda.

Mire a mis amigos y Lucas y María bailaban y se besaban. Busque a mi mejor amigo con la mirada, pero estaba sentado con Lucia en su regazo besándose como si le quedaran minutos de vida.

Con un suspiro de resignación apoye mi cabeza en el pecho de Daniel, cerré los ojos y me deje guiar. El me abrazo y no se cuanto tiempo estuvimos así, yo solo ocupe mi cabeza en disfrutar de esa cálida sensación.

Cuando me separo, sus ojos me miraban fijamente, fruncí el seño, no entendía que buscaba, pero luego recordé que no tenía mucho tiempo.

--¿Que hora es?

--Las doce.

--Debemos irnos. —Cogí su mano y corrimos al estacionamiento, hasta llegar a su auto.

Todo ese tramo lo hicimos en silencio, Daniel no hablo, parecía estar en trance.

Estaba por subir al auto, pero el me detuvo, me volteé y me apoyo contra la puerta cerrada de su auto.

No sabia que decirle, y para mi desgracia acerco su cuerpo al mío, igual que cuando estábamos bailando.

Nuestros rostros estaban a la misma altura.

--Dime porque—Reclamo. Su boca cerca de la mía.

--No lo hagas mas difícil,--Pedí—Por favor—Le suplique. Puse una mano en su pecho para hacer distancia pero de nada sirvió.

--¿Que te estoy haciendo difícil? ¿El negarte a lo que realmente quieres?—No respondí nada, y el me beso.

Por grandísima estúpida que soy le devolví el beso, con tanta pasión y deseo como lo hacia él.

Mi mano se deslizo hacia su cabello, mis dedos se enredaron en él y lo atraje mas a mi. Sus brazos de rodearon, deslizándose hasta mi espalda baja y atrayéndome a él.

Se alejo para darme un respiro, nuestras respiraciones eran entrecortadas, sus ojos estaban brillantes y una sonrisa de felicidad surcaba su rostro.

--¿Sabes que estas sellando tu muerte?—Le pregunte jadeante.

--Me importa una...—Lo bese antes de que terminara la frase, y el se rio de mi acción.

Tomo mi rostro entre sus manos y me susurro.

--Déjate llevar.

--¿Que?

--Cierra los ojos y déjate llevar. —Lo hice, cerré mis ojos y espere ansiosa a que el se acercara.

Pude sentir sus labios acercándose a los míos, su respiración tan entrecortada como la mía, su aliento golpeo mi rostro.

Me beso, pero fue un simple rose, que produjo una extraña sensación en mi, y que hizo que él riera por ello.

Lo hizo de nuevo, comenzó a acercarse lentamente, y yo no aguante el deseo y me acerque para besarlo, pero el retiro sus labios antes de que se encontraran con los míos.

Sentí como me ruborizaba y me mordí el labio, un poco nerviosa por la situación.

Y sin previo aviso el me beso como lo había hecho antes, con dulzura, pasión, deseo, y tanta necesidad como la mía.

Sus labios bajaron peligrosamente por mi mandíbula hasta llegar a donde comenzaba mi cuello.

Con solo sentir su respiración sobre este, lo aparte de un empujón.

Lleve mi mano a mi cuello, aun sentía un hormigueo y eso que ni siquiera me había tocado. En sus ojos se veía la disculpa.

Pero cuando vio en donde estaba mi mano, frunció el seño pero solo por la confusión de lo que había hecho.

--Lo siento—Murmure—Pero llevando una vida como la mía. Mi cuello es algo a lo que nadie puede acercarse.

--No lo sabia—Me abrazo y me dio un dulce beso en los labios—Pensé que habías creído que te mordería—Susurro en mi oído.

--Confió en ti y se que nunca lo harías. —Me dio otro beso. —Lamento molestarte pero tenemos trabajo que hacer.

--¿No podemos dejarlo para mañana?

--No. Porque mañana no es la reunión a la que estoy honorablemente invitada.

Subimos al auto. Y el comenzó a conducir.

--¿Adonde bella damisela?

--A mi casa. Primero quiero cambiarme.

--Me gusta que estés así, y hasta donde se eres muy buena en lo que haces y no creo que un vestido te moleste.

--No es que me moleste. Es que no lo quiero ensuciar ni romper. Es precioso.