♥¿QuE bUsCaS?♥

lunes, 5 de julio de 2010

Capitulo 21: CREEME

CREEME

“Daniel”

MIERDA, MIERDA Y MAS MIERDA!!!!

Esto no podía estar pasándome a mí, después de todo lo que he soportado, todo lo que he luchado.

¿Y porque diablos no me había obedecido? ¿Que tanto les costaba quedarse en casa al menos por esta noche? No!! Ella no podía hacerlo lo que se le pidiese solo una vez, ella tenía que hacer todo lo contrario.

Yo aun tenía el cuerpo de esa mujer en mis brazos, después de haber visto salir corriendo al amor de mi vida, yo aún seguía en shock.

Deje el caer el cuerpo inerte en el frio asfalto, seguro alguien lo encontraría y llamaría a la policía.

Yo tenía cosas más importantes que hacer, no podía dejar que Sisi, se quedara con la idea equivocada de mí.

¡No podía perderla! La necesitaba para vivir, con solo pensar en no tenerla hizo que mis ojos se llenaran de lágrimas y todo mi cuero doliera.

Su rostro al verme fue toda una mezcla de sentimientos, de odio a confusión, de esta a sorpresa, luego a tristeza, y luego pura ira.

Logre atrapar su esencia en el aire y la seguí, llegué hasta un parque que estaba tenuemente iluminado, camine lentamente para no perder ningún detalle y poder encontrarla y explicarle lo que en realidad sucedió,-¿Y si ella no quiere escucharte?- Habló la voz de mi conciencia, no podía con la angustia, ¡Ella debía escucharme! ¡Debía creerme!

Camine unos pasos mas, y oí un débil sollozo, que hizo que se me partiera el alma en millones de pedazos.

Seguí avanzando y la encontré.

Estaba en un banquillo iluminado por el único farol que allí se encontraba, Sisi tenía sus piernas rodeadas por sus brazos, y la cara oculta en ellos. Su pequeño y frágil cuero temblaba a causa del llanto.

Me le acerque y ella se tensó, cuando moví mi mano para acariciar su espalda, ella hizo un rápido movimiento y se quedo parada delante de mi, con la mano detrás de su espalda.

Su mirada era fría, irradiaba puro odio, eso logró que un sollozo se escapara de mi pecho.

--Sisi. —Susurre con la voz rota, sin ella me sentía perdido, y por su mirada, sabía que ya no había nada mas que hacer.

--¿Que?—Esa voz no transmitía nada.

--Por favor, amor—Suplique.

--No-me-llames-así—Habló entre dientes.

--Déjame explicarte, no es lo que parece.-- ¡Daniel eres un GE-NIO! Maldita voz.

--¿Explicarme el que?—Respondió ella. — ¿El que hayas sido un maldito mentiroso? ¿El que has estado burlando de mí? O tal vez ¿EL QUE HAYA SIDO DEMASIADO ESTUIDA COMO PARA CREERTE?—Cada una e sus palabras eran como dagas en mi muerto corazón.

--No entiendes—Murmure.

--Es obvio, que no entiendo—Contesto cada ves mas enojada.

--No, no, no me refería a eso. —Las lágrimas caían por mis mejillas. —Déjame terminar.

--¿Para que? Dime Dan, ¿Para que? ¿Para que me sigas mintiendo?—Con la última frase se le quebró la voz. Y me insulte a mi mismo, por no haberle explicado las cosas desde un principio.

De esa manera, nada de esto estaría pasando. Nosotros estaríamos bien, felices.

--Sisi, por favor. Estas confundiendo todo. —Me miró con burla. —Quiero explicarte lo que realmente esta pasando.

--¿Quieres explicarme porque mataste a una mujer inocente para beber su sangre?

--Si, si... Digo no, yo no bebí su sangre.

--¿Y porque estaba muerta en tus brazos?—Abrí la boca para explicarme, pero sabía que eso empeoraría las cosas así que la volví a cerrar. —o también ¿porque no había ningún vampiro muerto, ni rastro de él?

--Cielo, yo...

--YA TE DIJE QUE NO ME LLAMES ASI—Bramó—Deja esta maldita farsa de una vez, que me estas quitando la poca paciencia que tengo.

--No hay ninguna farsa.

--No voy a discutir esto. —Se dijo mas para si misma que para mi—Solo...—Aspiro profundo, cerro los ojos, soltó el aire—Solo lárgate. Sal de mi vida, vete de la ciudad.

Me acerque con rapidez a ella, y tomé su rostro entre mis manos, sus mejillas estaban húmedas por tantas lagrimas derramadas.

--No, por favor, no me pidas eso, no me pidas que salga de tu vida. —Lloré—Por favor, te necesito, Sisi, amor, cielo...—Ya no podía mas, no lo soportaba, esto era demasiado.

--Si no lo haces por las buenas, lo hare por las malas. —Me empujó, pero aun así estábamos a unos centímetros de distancia. —Si al menos queda algo del “amor”—Dijo la palabra con burla—Que tanto—Esta vez fue sarcasmo—Me tenías. Desaparecerás. Y no me volverás a molestar, y dejaras seguir con mi vida.

--No, tu-tu-tu e-es-tas-tas—Lo que me acababa de decir me había destruido. No podía articular ninguna palabra coherentemente, solo podía tartamudear como un maldito imbécil. —Muy eno-no-ja-ja-da.

Tu-tu-me-me-a-a-a-a-mas.

Una risa escapó de sus labios.

--Daniel,--No, ella no me podía decir lo que iba a decir.

--No, no. —Grite.

--Yo a ti solo te utilicé. —La mire fijo, esperando ver la mentira en sus ojos, o en sus palabras. —Las cosas últimamente, se estaban saliendo de control, y bueno, pensé que tu podrías saber algo, y tal vez si te seguía la corriente soltaras algo de lo que sabias y me Pudieras ayudar a arreglar todo este problema. —Comento con suma tranquilidad.

--ME ESTAS MINTIENDO. —Grité, la cogí de los hombros y la zamarreé. —ME ESTAS MINTIENDO. —Comencé a sollozar más—TU ME AMAS, TU ME AMAS, TO ME LO DIJISTE, DIJISTE QUE ME AMABAS.

--Daniel—Dijo lentamente—Entiéndelo. —Me miro fijo—Yo-nunca-te-ame.

Eso fue lo último que necesite para caer, para perderme por completo, para desear la muerte con más ganas con las que las he deseado antes.

Ya no tenía fuerzas, caí de rodillas frente a ella. Y me abracé a mi mismo como un niño pequeño cuando le temía a la oscuridad.

--Mátame. —Susurré, mi voz era apenas audible. —Mátame, por favor hazlo. —Le seguí rogando. —Si todo este tiempo me has mentido, y solo me has utilizado, mátame. —Cerré los ojos. —Yo no se nada, mátame.

--No—Se limito a responderme.

--Por favor, no tengo nada porque seguir viviendo, mátame, acaba con mi sufrimiento por favor.

--¿Porque lo haría?

--MALDITA SEA, A TI NO TE IMPORTA SI VIVO O SI MUERO, MATAME, ME ENAMORÉ COMO UN MALTIDO IMBECIL Y TU NO, TU SOLO ME UTILIZASTE. —Ella se acerco lentamente a mí, y se arrodilló a mi lado. Desenfundó su estaca y la guió a mi pecho.

Cerré mis ojos lentamente, disfrutando de su cercanía, quería que su olor me embriagara, sentirla por última vez antes de que ella acabara conmigo.

--Lo que tú sientes. —Su respiración me hacia cosquillas. —No es nada comparado, con lo que yo estoy sintiendo ahora mismo.

--Sisi...—Murmuré, ¿Por que me seguía torturando?

--Siente feliz, lo lograste, lograste que te amara, me tuviste a tus pies, haría todo, todo lo que tú quisieras. Y solo por eso. —Rió suavemente—Te dejaré vivir, no te mataré, si quieres acabar tu vida, hazlo tu mismo, por que sé que eres demasiado cobarde, y de esa manera estoy segura de que sufrirás tan solo una mínima parte de lo que sufriré yo.

Abrí los ojos esperando encontrarla. Pero ella ya había desaparecido.

Mi respiración era superficial, ¿Que demonios había sido eso? Ella me amaba, ¿Ella me amaba? ¿Se había enamorado de mi? O tan solo quería seguir jugando conmigo como la había hecho todo este tiempo.

Intente levantarme, pero volví a caer, no entendía nada, quería desaparecer.

Llegué a mi casa, no se cuando, no se como, solo se que lo hice.

Camine hasta llegar al sofá, y allí me derrumbe, sentía ruidos al mi alrededor, ero no entendía lo que pasaba, solo oí sus voz diciendo “Yo-nunca-te-amo”.

Aun recuerdo la primera vez que la, que mi vida se ilumino, que sentí que todo tenía sentido.

Inicio del Flash Back:

El cielo estaba totalmente gris, pero ¿Que te puedes esperar cuando vives en Canadá?

Hace 130 años que mi vida se arruinó por completo, que me convirtieron en esto. Lo único bueno de todo fue que no me tuve que casar con esa niñata malcriada llamada Rosa del Pilar.

No soy un vampiro normal, no bebo sangre humana, y también soy cazador, ayudo a matar a los de mi especie, a los que matan por placer cabe aclarar.

Aunque, ya estaba un poco cansado de esto, varias veces había deseado mi muerte, y también había intentado suicidarme, pero no soy lo suficientemente valiente como para lograrlo.

Hace un par de días, me había mudado a esta nueva ciudad.

Quería hacer un poco de turismo, por lo que salí a caminar y en ese momento pase por en frente de un instituto, un chirriante sonido salió de este anunciando el fin de la jornada.

Me apoye en una pared, para poder observar, a todos esos adolescentes (Aunque yo también soy uno) sin mayores preocupaciones en la vida, solo con el problema de si su rostro tenía acné, si la chica que e gustaba quería salir con ellos y nada mas.

Unos minutos más tarde, cuando solo quedaban unos chicos.

Salió una muchacha de cabello castaño, acompañada de un muchacho que la tenía abrazada, ambos iban riendo.

Sentí mucha envidia, eso no lo iba a negar, yo también quería alguien con quien compartir eso, alguien con pasara el tiempo aunque fuera haciendo nada, suspire.

Pero no había notado que detrás de esa pareja venía caminando otra más, él chico venia con el brazo en la de cintura de...

Ella, ella era... no existían palabras para describir su belleza, sus ojos eran celestes, su cabello rubio largo caía en suaves ondas, y su sonrisa, hizo que yo tuviera una.

Ella ya tiene novio Hablo esa maldita vocecita, y era real, ella ya estaba ocupada, pero me sorprendió lo poco que me importaba eso.

Ambos venían haciéndole caras a los que iban adelante, estaban intentando no reírse hasta que el muchacho no aguantó más y soltó una sonora carcajada.

La pareja de adelante se volteo, y le entrecerraron los ojos. La chica señaló al muchacho, no pude evitar reír por esa acción tan infantil.

--¿Se puede saber de que se ríen?—Dijo e chica de la primera pareja.

--No lo se—Hablo esa diosa, me sorprendió mucho su voz, e intente concentrarme en su corazón, que latía fuertemente en su pecho, que raro su voz era demasiado suave. —Pregúntale a él.

--No se de que se quejan, si ustedes dos par de tortolos. —Sentí mi corazón encogerse, era obvio que alguien como ella ya tuviera novio.

--No somos tortolos. —Se quejo el novio de ella.

--Claro que si—Respondió la muchacha de cabello castaño.

--Claro que no! No puedes ser novia de tu hermano—Sentí la esperanza crecer en mi.

--Como digas—El otro rodo los ojos, tomo a su novia de la mano y subieron a un auto, para luego marcharse.

--Idiotas—Murmuraron los dos que quedaron, rieron por un momento, esa risa fue música para mí.

--Mejor vamos antes de que tu padre me mate, por hacer que mi hermanita vaya por el mal camino. —Ellos rieron nuevamente y se marcharon.

Me quede allí, estático, por lo que acababa de pasar.

¿Creen en el amor a primera vista? Porque yo si.

Fin del Flash Back.

Más lágrimas cayeron por mis ojos, eran una mezcla de tristeza y felicidad.

Cogí la fotografía que había tomado ella el segundo día que la vi, estaba tan hermosa, sonriendo de pura felicidad.

Inicio del Flash Back:

Había pasado toda la noche, con la pelea interna y al parecer mi parte acosadora había salido ganando el encuentro.

Ahora estaba caminando, directo a ese instituto con una cámara digital en mis manos, solo para tomar una fotografía de ella.

Me convencí de que solo sería UNA fotografía, pero no estaba seguro de poder lograrlo, y tal vez acabara con la memoria en solo unos cinco minutos.

Programé la cámara para que no tuviera flash, de esa manera no podría notar la locura que estaba por cometer.

Llegué y me apoyé en la misma pared en la que había estado ayer, mire mi reloj y maldije para mis adentros, aun faltaba una hora para que salieran.




La campana sonó, y de nuevo vi a todos salir atropelladamente, pero ella no, mi ilusión de tomarle una foto se deshizo.

Y justo cuando estaba por marcharme ella salió hablando con la muchacha del día anterior.

No lo pensé dos veces y posicione la cámara para tomar la foto. La imagen había salido perfecta, pero no le hacía justicia.

Ella frunció el seño, y sacudió la cabeza, ¿Me habría notado? Ella no es vampira, no pudo haberte oído, deja de ilusionarte. Como me gustaría acallar esa estúpida vocecita que no me dejaba en paz.

Tomé otra fotografía, y ella esta vez se tensó, ¡mierda! Me moví tan rápido como pude y me escondí, ella estaba mirando hacia donde había estado yo hace tan solo unos segundos. –Eso estuvo cerca- pensé. Agradece ser vampiro, a esta hora ya te habría denunciado por acoso. Esa vocecita me estaba desquiciando.

Pasaron unos minutos en los que yo seguí escondido hasta que los oí despedirse.

--¿Quieres que te lleve?—Preguntó el muchacho que ayer la llevaba abrazada.

--No, no te preocupes Mat, me iré caminando.

--Ok—Suspiro el muchacho.

--Adiós, se bueno, te quiero. —Saludo ella, y comenzó a caminar lentamente, tomé un par de fotografías más, antes de que ella subiera a un taxi y se marchara.

Fin del Flash Back.

Me quede allí sin moverme, con los ojos abiertos mirando hacia el techo.

No se cuantas horas pasaron realmente pero ya o pude aguantar más, mire el reloj y marcaban las 23 pm.

¿Había estado 24 horas allí?

Quería gritar, llorar, lanzar y romper cosas. Necesitaba descargarme, Necesitaba despertar de esta mierda de pesadilla.

Y más que todo la necesitaba, necesitaba abrazarla, besarla, asegurarme de que ella existía, y si fuera posible que aun me quisiera.

Me levante, cogí el auto, y aceleré tanto como me fuera, posible.

Un recuerdo invadió mi mente.

“Entonces el me dijo: --Cuando te dije urgente no era para que vayas a 210km/h.”

Pisé el acelerador a fondo ¿Porque todo me recordaba a ella?

Cuando llegue al bosque no me moleste en aparcar correctamente, solo me adentre en el, y comencé a destruir todo a mi paso, derribe árboles, rompí rocas, caí de rodillas llorando cubriéndome de barro completamente.

Pero nada de eso me ayudo, nada, y yo sabía que la única forma era teniéndola de vuelta – Tal vez esta vez tenga suerte-Pensé. Tal vez solo quieres engañarte a ti mismo diciendo que ella va a escucharte. Un gruñido escapo de mi pecho.

Lloré hasta quedar sin lagrimas, de nuevo pude oír su voz diciendo “Lo que tú sientes. No es nada comparado, con lo que yo estoy sintiendo ahora mismo.”

El agujero en mi pecho creció aun más, al imaginármela llorando y sufriendo tanto como yo.

Todo esto me tenía muy confundido, ¿Ella me amaba si o no? ¿Me odiaba? ¿Me había utilizado?

Intentaba no pensar más, y seguir haciéndome daño, pero me era imposible, las preguntas seguían viniendo a mi cabeza, golpeándome con más fuerza y con mucha más frecuencia.

Me levanté con las pocas fuerzas que tenia, quien lo diría un vampiro sin fuerzas.

Ya que estaba en el bosque me alimenté.

Subí a mi auto para regresar a casa. Cuando llegué, me fui a dar un baño, y cambiarme de ropa, estaba hecho un desastre. Ni te creas que después de haber estado lloriqueando en el barro ibas a parecer un Calvin Klein. Como me gustaría apagar mi conciencia.

Ya había oscurecido, al parecer había perdido la capacidad de percepción del tiempo, ya habían pasado dos días de ese terrible encuentro y aun me dolía como si hubieran pasado tan solo minutos, o tal vez me dolía aun más.




Salí de mi casa, revisé toda la ciudad, no quería que algo se saliera de control, y aunque no lo admitiera del todo, esperaba encontrármela a ella, para poder aclarar las cosas.

Pero como la suerte últimamente no está de mi lado, no la encontré en ninguna parte, siquiera rastro de ella.

¿Y si le había sucedido algo por mi culpa? ¿Y si por querer luchar sola, esos vampiros la había...? No pude terminar esa pregunta, no quería ni pensar que existiera una posibilidad sobre eso.




Después de unas horas de patrullaje, camine lentamente hacia su casa, si estaba despierta no quería asustarla, y que se marchara.

Llegué y no se me ocurrió otra cosa que entrar por su ventana, sería realmente tocar la puerta.




Entré a su habitación, ero no espera encontrarme con algo como eso.

Era ella, y estaba con él.

Mi Sisi, esta acostada en su cama, y a su lado estaba Matías, él la tenía abrazada por su cintura y la cabeza de ella apoyada en su pecho. Las piernas de ambos estaban entrelazadas, dormían plácidamente.

Si de por si, y con todo lo que había pasado mi vida era una gran mierda, con esto se convirtió en el maldito infierno.

Entonces era cierto, ella no me amaba, nunca me amó solo me utilizaba, y era obvio que ellos estaban juntos, nadie duerme así si son tan solo amigos.

Porque como dice un viejo dicho ¿Donde hubo fuego cenizas quedan? Y esta no puedo ser una maldita excepción.

Antes de salir, acaricie su mejilla, y ella se revolvió en los brazos de su “amigo”.

Corrí de vuelta a mi casa y allí me refugié, no quería cometer ninguna locura, él no tenía la culpa de nada. Sasha de verdad era todo lo que cualquiera quisiera tener, el fue el estúpido afortunado que logró lo que yo.




Cuando ya era mediodía y había logrado apaciguar un poco la bestia que amenazaba con salir, me dirigí hacia su casa.

Esta vez si toqué la puerta, y me atendió Antonio.

--Hola Daniel—Contestó con su tranquilo tono de voz, tan característico. ¿Acaso ella no le había dicho nada?

--Hola Antonio, emm... ¿Esta Sisi?

--¿No te lo dijo?—Yo negué—Está en casa de Matías, el chico no se sentía muy bien.--¿Que no se sentía bien? ¿QUE NO SE SENTÍA BIEN? Él había tenido anoche a la chica más hermosa, dulce, perfecta que puede existir... ¿Y NO SE SENTÍA BIEN?

--Ahhh, tal vez lo olvido, solo quería saber, no la veo hace un par de días.

--Eso he notado ¿Está todo bien?—Mierda.

--Si, solo que hay mucho trabajo, nada más. —El asintió—Adiós. —Salí antes de que le dijera todo, y se que el no dudaría en matarme.




Es de noche nuevamente, y estoy peor que un alma en pena, y la lucha interna entre intentar de nuevo y dejarlo, me esta matando. ¿Nunca has oído la tercera es la vencido? Por primera vez en tanto tiempo, esa vocecita decía algo coherente.




Otra vez en su habitación. Y por suerte esta vez ella esta sola. Me acerqué lentamente, pude notar que estaba llorando, grandes gotas resbalaban por sus suaves y delicadas mejillas.

Levante la mano para acariciarla, pero en ese momento ella abrió sus ojos, despertando exaltado, y luego todo paso muy rápido.

Me cogió de la meno me volteo, me hizo una llave y pateó mi espalda, logrando que yo colisionara contra la pared con fuerza, y me deslizara hasta el suelo.

--Había olvidado que eras tan buena—Murmuré.

--Guarda tus halagos para alguien que te crea—Su voz fría seguía lastimándome.

--Sisi, quiero hablar contigo.

--Pero yo no quiero escucharte. —Respondió, me levante del suelo y me paré para mirarla.

--Es importante, déjame explicarte. —Comencé a suplicar.

--¡Me volverás a mentir!—Gritó.

--¿Como lo hiciste tú?—Devolví.

--¿Yo?—Fingió estar confundida.

--Si como anoche, como estaban de abrazados tú “amiguito” y tú. —Sus ojos se abrieron como platos. —Eres una...—No pude terminar, porque su mano se estampó contra mi mejilla. Pero eso no era nada con todo el sufrimiento que tenía. Apenas era un rasguño.

--Lo que haga a ti no te importa, y si tanto te preocupa—Me sonrió burlona. —No me acosté con él.

--Claro como no, solo vino a hacerte una visita.

--Rompió con Lucia. —Aclaro ella, y eso me dejo fuera de combate, ¿Él había ido por consuelo?

--Oh, pero, pero, entonces—Caí en la cuenta que le estaba reclamando por nada.—Perdona.

--No

--¿Que?

--¿De verdad crees que te voy a perdonar? Me mentiste Daniel.

--NO TE MENTÍ.

--Eres un maldito asesino ¡Claro que me mentiste!—Bramó.

--Entonces ¡Si soy un asesino mátame!—Cogí su mano y la acerque a mi, ella intento librarse pero mi agarre se hizo mas fuerte. —Ese es tu trabajo ¿no?—Le susurre—Matar a los vampiros que matan por placer ¿No es así?—La acerque más, y lleve su mano con la estaca hacia mi echo. —Entonces hazlo y déjate de rodeos.

Me miró fijo, buscando algo de mentira en mis palabras, su expresión era indescifrable. Cerró los ojos he intento hacerlo, su mano temblaba, cosa que nunca hacia a la hora de acabar con alguno de los asesinos.

Abría los ojos para mírame, y las lagrimas cayeron por sus mejillas incontrolablemente.

--No puedo—Susurró. Mi cuerpo se tensó ¿No podía?—No puedo hacerlo. —Dejo su mano caer a su costado y soltó la estaca que cayó al suelo con un ruido seco.

Me empujo y se alejo rápidamente de mí, se sentó en su cama, y tapó su rostro con sus manos, y siguió llorando. Me quedé allí, quieto como una estatua, ¿No podía? ¿No podía matarme? ¿Ella me amaba?

Me acerque y me arrodille ante ella.

--Sisi, mi amor...—Cogí sus manos, entre las mías y las aleje de su rostro, pero ella se sacudió.

--Suéltame, quiero que te largos,--No lo hice, no estaba dispuesto a perderla. —Por favor...—Rogó y rompió a llorar.

La abracé con fuerza. Y ella clavo las uñas en mi espalda, cuando su llano subió de volumen.

--Amor...

--¿Porque lo hiciste? ¿Porque?

--Yo no te mentí mi amor. —Ella estaba por contradecirme cuando le corte. —Yo no la maté. Llegue tarde, y el vampiro la soltó, yo la atrae como un acto reflejo.

--¿Que?

-Lo que oíste.

--Oh. —Sus ojos se llenaron de lágrimas nuevamente, y comenzó a llorar. —Lo siento, perdóname, por favor. No pude evitar sonreír.

--¿Me crees?—Susurré, sin querer tener esperanzas aún.

--Si te creo, lo siento, yo....—La callé con un beso.

--No hay nada que perdonar, te amo.

--Igual yo.