♥¿QuE bUsCaS?♥

domingo, 29 de noviembre de 2009

Capitulo 6: Día libre

DIA LIBRE

Afuera estaba lloviendo tanto que cualquiera pensaría que el cielo se caería.

No podía parar de llorar, por primera vez en la vida me gustaba un chico, y solo por ser vampiro yo no lo podía tener.

Era algo estúpido, nadie se enamora en cuestión de días, y si así fuera, no debía dolerme tanto, él jamás me había dicho “te amo” o algo por el estilo, nada que nos comprometiera.

Entre a casa, mi ropa chorreaba agua, al igual que mi cabello, deja caer la mochila con un ruido sordo.

Me dirigí a las escaleras, pero papá me detuvo.

--Sisi, ¿Qué sucedió?—Me abrazo y yo comencé a llorar mas que nunca, por dentro me insultaba por ser tan débil, ¿Dónde se metía mi parte vampira cuando la necesitaba para ser fuerte?

--No importa. —Quise irme pero no me dejo.

Me levanto y me sentó en la cocina. Me cubrió con una manta para que no me enfriara por mi ropa mojada.

--Si me importa. —Rodee mis piernas con mis brazos y oculte mi rostro, quería desaparecer.

--De verdad es algo estúpido.

--Si fuera así, ¿porque llorarías tanto?

--Porque soy una adolescente estúpida.

--Dime que sucedió.

--Es que me gusta un chico. —Mis mejillas estaban rojas, me parecía a un tomate.

--Si, lloras por eso no se donde esta mi Sisi.

--No, el caso es que de verdad me gusta, nunca a sido así, para mi los chicos son nada, robots que caminan, pero este no.

--¿El no esta interesado en ti?

--Si, siente lo mismo por mi.

--Yo no veo el problema en todo esto.

--El es un vampiro. —Respondí con voz amortiguada. Papá se quedo en silencio. Levante mi cabeza y comencé a reír amargamente mientras me secaba las lagrimas.--¿Ahora ves el problema?

Mi papa seguía sin hablar.

--No

--Es V-A-M-P-I-R-O.

--Ya te oí, sigo sin entender.

--Yo soy cazadora y yo cazo a los que son como él.

--Tu madre era cazadora, y yo un vampiro. No veo la complicación, imagínate que tu madre era blanco y yo negro, opuestos y eso no significa que fuera imposible amarnos. —Si pero ella murió. —Tu, podría decirse gris, y el negro no hay tanta diferencia. —Tania razón, pero esa no era la razón por la que no me le odia acercar.

--Olvídalo.

--Y el es ¿Cómo nosotros?

--Para serte sincera, no lo se, jamás que salgo a buscar su rastro lo encuentro es como si no cazara.

--Entonces es vegetariano.

--Hay muy pocos como nosotros.

--No, solo que estamos muy separados.

--Claro.

--Ya veras, todo se solucionara, con el tiempo.

--Si, refiero que solo seamos amigos. —Me miro con el ceño fruncido, lo estaba confundiendo. —No intentes entenderme, ya te lo dije soy adolescente.

--Como digas.

--Y otra cosa.

--¿Si?

--Mañana no tengo clases. —Asintió. —Y vamos a ir al bosque en un día de campo, debemos estar en casa de Lucas a las 5 de la mañana.

--¿Por qué tan temprano?

--Porque a Lucas le encanta verme enojada y de mal humor. —Murmure, pero teniendo a mi padre cerca el lo escucharía.

--¿Y?

--Porque el viaje es lejos.

--¿Y quieres el auto?

--No, iré con Mat, era para decirte porque volveré tarde.

--¿Qué tanto?

--Pienso que a las ocho estaré aquí.

--Bueno.

Me levante y corrí a mi habitación. Me tire en la cama y comencé a llorar, estaba segura de que Antonio no vendría, él sabia que si me encerraba para llorar era porque necesitaba estar sola con mis pensamientos.

No me dormiría, con todo lo que tenia en la cabeza no podría, o solo comenzarían las pesadillas terribles, ya que cada vez que me dormía triste o alterada se destapaban los peores recuerdos que podría tener alguien como yo.

Comencé a hacer la tarea, porque no creo que tuviera tiempo cuando volviera yo m marcharía cazar, y no me alcanzaría.

Estaba con un problema matemático, cuando sentí un deliciosos olor, Salí de mi cuarto y baje, papá estaba cocinando.

--¿Qué haces?

--Cocino.

--Que cosa.

--Como mañana iras de día de campo, pensé en hacer unos postres, para que puedan comer allá.

--OK. Gracias.

Volví a mi cuarto y continúe con la insoportable tarea.

Estaba tan cansada, confundida, enojada que colapsaría en cualquier momento y lo que menos necesitaba era dormirme en el viaje, teniendo que besar a Daniel frente a todos. Pero tampoco iba a hacerlo ahora, y prefería tomar ese riesgo.

Cuando papá se marcho dejo los postres en el refrigerador para que permanecieran frescos y deliciosos.

Era la madrugada y prepare mi mochila, con una muda de ropa, y una capa negra que llevaba a todas partes, solo por si el sol salía, no me lastimaría si usaba eso.

Saque los postres y los puse en un refrigerador portátil para llevarlos, luego fui a bañarme y cambiarme.

Eran las cuatro y media de la mañana y ya estaba preparada, con todo listo.

Sonó el timbre y corrí a abrir la puerta, Mat estaba sonriendo aunque un poco adormilado. Por la hora.

--Hola. —Aun no había amanecido.

--¿Estas muy cansado?

--Nop.

--Pasa—entramos a la cocina y vio el pequeño frízer.

--¿Qué hay dentro?

--Papá hizo unos postres para después de comer. —El abrió y saco uno, puse los ojos en blanco.

--Son deliciosos.

--Si pero deja para los demás.

--¿Puedes abrir la puerta?—Cogió el objeto y lo llevo al auto, yo Salí detrás de él.

--¿Puedes guardar mi mochila?

--Si, junto a la mía.

--¿Dónde?—Me réferi al asiento.

--Adelante, a mi lado. —Abrí la puerta y me senté, estaba cansada, pero seguro se me pasaría. —Ahora vamos por Dan

--¿Por Dan?

--Se le rompió el auto anoche y vendrá con nosotros.

--Ok.

--¿No te enojas?

--No.

--¿Sabes que el esta loco por ti?—Me enderece en el asiento, para escuchar mejor.

--¿Qué?

--No has visto como te mira. —Negué.--¿Y no has notado que solo habla contigo?, con nosotros apenas cruza palabras cuando no estas

--OK. No debiste levantarte tan temprano, eso te esta afectando demasiado.

--Hablo en serio.

--Yo también.

--Sisi, solo digo, no soy el único que lo piensa.

--¿Hablan de mi a mis espaldas?

--No, solo de Daniel. —Puse mis ojos en blanco y suspire.

Estacionamos en una bonita casa, Mat toco la bocina y lo mire fijamente.

--A esta hora la gente esta durmiendo, deberías salir y tocar la puerta como hiciste en mi casa.

--Ya no es necesario. —La puerta trasera se abrió dejando entrar la brisa matinal, me recorrió un calosfríos.

--Hola chicos.

--Hola chico. —Contesto Mat.

--Hola Dan

Aun seguía frio, me abrace a mi misma. Mi amigo suspiro, y encendí la calefacción. Gracias articule con mis labios.

--¿Qué te sucede, pareces cansada?

--Nada, solo que estoy despierta desde las cuatro de la mañana, y no he dormido bien porque mi profesor de historia me dio tarea extra de nuevo, y no quiero pensar en que debo estar activa hasta las 7 de la tarde, porque sino deberé hacer algo que no quiero. —Mire por el retrovisor. —Sin ofender, pero no me gusta que me llamen cobarde.

Daniel no dejaba de mirarme, estaba sorprendido porque actuaba como si nada hubiera sucedido, pero la realidad es que me estaba quemando por dentro.

Me relaje en el asiento, y cerré los ojos.

No tardamos mucho a casa de Lucas, tal vez 15 minutos como máximo, pero nada más.

--Allí están, los estábamos esperando.

--Me encanta hacerme rogar. —Salí del auto.

--Hola perdedora.

--El día recién empieza.

--¿No podemos tener una salida de amigos como todos? Sin peleas ni apuestas.

--Si fueran así, serian aburridas.

--Sasha tiene razón. —Le guiño un ojo a su novia. —Bueno es hora de irnos.

En total éramos 10 personas, iban el hermano de Lucas que se llamaba Mike, la novia de este Natasha, el capitán del equipo de football Jake, era el típico chico que hacia fiestas a las que todos querían ir y yo siempre estaba invitada, jamás fui sola siempre me acompañaba Mat. También iba otra chica que no se su nombre y un muchacho no bajo del auto, por lo que no lo reconocí.

Cuando Todos nos acomodamos en nuestros asientos, el hermano de Lucas manejaba adelante, y guiaba a los otros autos.

Yo seguía sintiendo frio.

--Hey Dan—Me miro esperanzado.--¿Puedes pasarme mi bolso?—Lo hizo, ero cuando me lo alcanzo tomo por unos pequeños segundos mis manos, por suerte Mat no lo noto. Saque mi campera y me la puse, apague la calefacción.

Me estaba aburriendo y lo que menos quería era dormirme, me puse a mirar el paisaje cuando salimos de la ciudad. Suspire.

--¿Por qué no duermes?

--Porque no quiero perder contra Lucas.

--No se enterara, descansa, te ves terrible, como si llevaras días sin dormir.

--No.

--No le diré nada, confía en mí.

--Yo confió en ti, pero no en…--Mire por el espejo retrovisor a Daniel, que estaba recostado con los ojos cerrados, fingiendo dormir.

--No diré nada. —Me aseguro.

--Aun así, no voy a dormir. —Me cruce de brazos, y le fruncí el seño a la ruta.

--Juro que voy a matar a Lucas.

--¿Por qué? La enojada y rencorosa aquí soy yo.

--Nos hizo despertar a las cuatro de la mañana.

--No te quejes, tú al menos descansaras después de comer, y recuperaras todas las energías perdidas en el día.

--Que afortunado. —Respondió con sarcasmo.

--¿Te molesta si escucho música? Quiere tener la mente ocupada en algo.

--Sabes que no me molestas.

--Gracias. —Busque en todos sus CD´s algo que me gustara y lo encontré Paramore.--¿Qué haces con esto?

--¿No es tu banda favorita?

--Si, pero pensé que no te agradaba. —Se encogió de hombros.

--Me gusta, solo que no tanto como a ti. —Puse el Cd y la música comenzó a sonar. Iba tarareando cada una de las canciones, me sabía todas de memoria.

--Oye, esa es mi banda favorita. —Dijo Dan con una sonrisa.

--Que coincidencia. —Hable muy bajo, para que mi amigo no me oyera y no preguntara.



El CD termino, y todo quedo en silencio. Entonces comencé a cantarlas en voz baja, moviendo mis pies al compas de cada canción.

--Tienes una voz hermosa, no cantes así, me gusta escucharte, ya lo sabes.

--Coincido con lo de la hermosa voz. —Dan se acerco y quedo a mi lado, mirándome.

--Si, yo soy su entretenimiento. —Busque alguna canción en la radio, para pasar el rato. Comencé a cantar y mi amigo, goleaba las manos en el volante marcando el ritmo.

Daniel me miraba con la boca abierta mientras yo cantaba con una sonrisa en el rostro. La canción termino y yo me quede callada.

--¿Cómo es que puedes cantar así?

--Usando las cuerdas vocales. —Le conteste agriamente.

--Jamás oí a nadie que no sea…--Me hele, no podría ser tan ignorante de hablar sobre ese tema.

--¿Qué no sea?—Pregunte, con voz seria. Lo mire por el espejo.

--¿Cantante?—Dijo mi amigo.

--Si, eso, de verdad tienes una voz hermosa.

--Mejora con la edad. —Si y si era así, no mejoraría nunca más, pero no le daba importancia.

--¿Quién era esa chica de cabello negro? No Natasha, la otra. —Mire por la ventana.

--Lucia. —Suspiro.

--¿La conoces?

--La he visto un par de veces.

--¿A que curso va?

--Al mismo que nosotros, compartimos la mesa en química.

--¿Cuál es su apellido?

--Limai

--¿Sabes? La conoces demasiado para haberla visto un par de veces. —Comento mirando mis uñas, intentando parecer casual.

--No es cierto

--Pero te gusta.

--Si. —Sonreí. —Digo no, no me gusta—Negó—No me gusta Sisi, es en serio.

--Claro.

--Hablo en serio.

--Si te creo—Le daba la razón, pero sabíamos que era cierto.

--La conozco como todos lo haría—Se excuso—Sisi, es lo mismo que pregunten tu nombre completo, cualquier chico lo sabría.

--No completo.

--¿Te refieres a lo de Lu?

--Si, y no lo vuelas a mencionar.

--¿Qué con lu?—Me miro el vampiro.

--Es luc—Le envié una mirada de cállate o ya veras. Y así lo hizo, no quería que nadie supiera mi segundo nombre.

--Oye, me olvide de decirte, hoy aparte de soportar a Lucas deberás soportar a otro. —Inmediatamente mire a Daniel. Él me frunció el seño enojado.

--¿A quien?

--A Víctor.

--¡Que! ¿Quién lo invito?

--Jake. Juro que cuando lleguemos matare a Lucas, por no decirme nada, y si lo hizo a propósito…

--El tampoco sabía nada. Mike le aviso de ultimo momento.

--¿Víctor es tu ex novio?—Había algo malo en esa pregunta, se parecía a ira o como si estuviera lanzando una advertencia.

Nosotros no pudimos evitar reír. Por lo estúpido de la situación, Víctor era un idiota que no se daba por vencido y siempre me invitaba a salir no importaba las veces que lo rechazara.

--Claro que no. Es ese que me invito a la fiesta de Jake, cuando tu le dijiste que estaba ocupada.

--¿Hiciste eso?—Le pregunto.

--Parecía un idiota.

--¿Y no le erraste con tu suposición?

--¿Cuánto falta?

--Una hora y media más o menos.

--¿Dónde es?

--No tengo la menor idea, pero el viaje es muy largo y monótono. —Me miro a mí. —Es increíble que resista tanto sin hacer berrinche.

--OK. En cualquier momento lo hago, necesito divertirme.

--¿Con que?

--Mmm. —Se me ocurrió una grandiosa idea. —Dame mi celular por favor.

--Toma—Me lo entrego. —No llames para molestar a Lucas, el va conduciendo.

--¿Quién te dijo que yo llamare a Lucas?

--¿Qué harás?

--Divertirme. —Sonreí con malicia.

Busque en mis contactos el nombre de “Vic” pulse enviar mensaje. Y escribí “Hola, soy Sasha” y ENVIAR.

--¿A quien le enviaste el eso?

--A mi Vic. —Mat me miro ceñudo.

--No creo que te responda, lo has botado no una sino varias veces, en algún memento se cansara.

--3, 2

--¿Qué haces?

--1—Mi celular sonó con “Mensaje nuevo”. —Los hombres son tan predecibles. —Reí

--¿Yo también?

--Sip.

--¿Qué hare ahora?

--Reprocharme justo como haría mi papá si estuviera aquí. —Respondí sin quitar los ojos del celular. Él no dijo nada.--¿Me equivoco?—Levante una ceja.

--Eres así solo porque soy tu mejor amigo.

--Puede que si, o puede que tenga razón.

--Solo por ser amigos.

--Apuesto $5 a que cuando baja Lucas de su auto, se reirá de mí porque no he dormido bien y perderé.

--Ok.

--¿No que no te gustaba apostar?

--Solo somos nosotros, las apuestas entre ellos son cada vez peores, y cuando los dos pierden ni te lo cuanto.

--¿Por qué?

--Ellos tienen dos amonestaciones por arruinar propiedad del instituto, pintaron en una pared, aquí mandamos nosotros.

--¿Y que era lo malo en esta apuesta?

--Firmar su “Obra” y lo hicieron fieles a sus palabras. —Daniel me miro divertido. Me concentre en el mensaje.

“Hola, preciosa, ¿Qué haces?”

Escribí “Nada, aburrida el viaje es muy largo” lo envié.

“Yo también, pero no seria así si estuvieras en nuestro auto”

“Si ya lo creo”

“¿Oye kieres dar un paseo cuando lleguemos? Para estirarnos”

“Me encantaría, pero ayudare a María”

“Puedo esperar”

“Ya lo se, por eso eres genial”

“Tu no eres mas que eso”

“Gracias”

“Por cierto te veías muy sexy esta mañana”

“Tu también”

Mi amigo me quito el celular, de las manos y lo dejo de su lado, para que yo no pudiera alcanzarlo.

--Oye, ¿Qué haces?

--Basta.

--Celoso.

--Yo no estoy celoso. —Se ruborizo.

--Si, si lo estas.

--Sisi…

--Yo a ti no te digo nada cuando estas con chicas, déjame divertirme un momento. —Le rogué. —Vamos, solo unos minutos.

--No.

--Súper, ahora tengo un hermano mayor celoso.

--Acostúmbrate. —Mi boca se abrió. No esperaba esa respuesta.

--Es injusto. —Me cruce de brazos y mire por la ventanilla. El celular comenzó a sonar. Mat ni se inmuto.

Otra vez más, otro mensaje más.

--No te lo daré. —Bufe.

--Seguirá enviando mensajes.

--Cuando no le respondas se cansara y dejara de hacerlo.

--Por favor a ti no te molesta.

--Si, si lo hace. —Sonó de nuevo, lo mire.

Llegaron el cuarto y quinto mensaje. Daniel parecía más enojado que mi amigo. No despegaba sus ojos de mí.

Luego el sexto.

--¿No que se cansaría?

--Ya lo hará. —Llegaron el séptimo, octavo, noveno. Y no aguante mas, comencé a reír, por la situación.

--¿Me lo devuelves?—Negó.

Pasaron unos minutos, y el tono del móvil cambio a otro, diferente al anterior.

--¿Por qué suena con esa canción, hace unos minutos era otra canción que no tenia nada que ver?

--Porque no es mensaje, es llamada. —Me miro.

--¿Qué les haces?

--Nada. —Respondí inocente. —Dame

--Ya te dije que no. —Me acerque a él y le di un beso en la mejilla y estire el brazo y cogí el celular.

--Gracias.

--No vuelvas a hacer eso.

--¿El besito o lo del teléfono?

--El beso si es para quitarme algo.

--Ok. —Mire la pantalla “Llamada perdida”—Me hiciste perder la llamada.

--Matías 1, Sisi 0. —Volvió a sonar.

--Hola. —Le pregunte con vos seductora.

--¿Por qué no respondiste?

--Me quede sin señal, nada más. —Mi amigo me miro divertido.

--OK. Oye cuando lleguemos, ¿quieres que nos recostemos bajo algún árbol? Ay un lugar que…

--¿Tu ya has ido?

--Solo algunas veces.

--Lo siento, pero ya tengo planes con mis amigos.

--No hay problema, yo también. —Que patético—El sábado hay una fiesta ¿quieres ir?

--Lo siento, mi novio me llevara a ver una película. —Mi amigo no se contuvo y comenzó a reír.

--¿Son risas?

--Si, Mat y Daniel están hablando algo sobre football que no entiendo y al parecer es muy gracioso. —Ellos me miraron.

--¿Acaso Mat es tu novio?

--No, para nada, Mat no es mi novio. —Los dos se voltearon a mirarme, me encogí de hombros.

--Oye Mike, deja de molestar a esa chica.

--¿Quién es?

--¿Oíste algo?

--No solo voces. —Víctor suspiro. —Mmm. Debo cortar, estoy perdiendo la señal.

--Claro.

--Nos vemos allá. —Finalice la llamada.



--¿Qué te pregunto?

--Si eras mi novio. —Mi amigo se ruborizo. —Como todos los que conocemos. Eso me molesta. ¿Tan difícil de creer es que eres mi mejor amigo?

--Pues parece que si. —Comento Daniel agriamente.

--Pues yo no lo creo. —El se encogió de hombros. Comenzó a tratarme con indiferencia y eso realmente me dolía, pero no se lo iba a demostrar porque me vería débil.

--Tranquilos.

--¿Falta mucho?

--No lo creo. —Llame a María.

--¿A quien llamas?—Me exigió Daniel. Pero lo ignore.

--Mar, sabes si ya llegaremos. —Oí a lo lejos.

--¿Falta mucho?

--No amor.

Se dirigió a mí. —Lucas dice que no.

--Gracias.

--Yo también estoy cansada.

El resto del viaje me la pase hablando por teléfono con mi amiga, sobre lo que odiábamos de los viajes. O que a veces se mareaba.

--Oye que hora es.

--Cerca de las nueve, y me parece que ya llegamos.

--¿Lo dices en serio?

--¡¡¡¡¡Si!!!!! Ya llegamos. Mejor corto para ayudar a bajar las cosas.

--Yo igual.

--¿Por qué tan feliz?

--Porque ya llegamos. —Mi amigo rio.