♥¿QuE bUsCaS?♥

viernes, 4 de diciembre de 2009

Capitulo 8: FIESTA

FIESTA

Ya eran las ocho y era hora de marcharnos. Fuimos por el sendero, esta vez no me quede ultima iba al medio pero Dan caminaba a mi lado con una gran sonrisa en el rostro.

Saque mi móvil, y genial no había señal.

--¿Qué sucede Sisi?

--Debo llamar a Antonio, le dije que llegaría a las ocho.

--Sabias que no era cierto.

--Bueno, pero recuérdame llamarlo cuando mi móvil tenga señal, no quiero terminar castigada por una tontería como esta.

--Ok.

Llegue primera al auto de mi amigo y abrí la puerta del asiento trasero y me dispuse a sentarme cuando.

--¿Vienes conmigo atrás?—Dan sonrió al preguntar eso.

--No tú vas en el asiento del copiloto querido. —Iba a abrir la puerta pero el cerro y lo mire enojada. Se me acerco.

--Vuelve a decirme querido y no me hare responsable de mis actos. —Sonrió de manera misteriosa y sexy.

--Querido. —Susurre, abrí la puerta y me senté rápidamente, solo me sonrió, entro al auto.

--Me la cobrare luego.

--Sigue soñando.

Mi amigo entro y yo me acomode en el asiento trasero. Suspire y mire hacia adelante el me sonrió por el retrovisor.

--Tu deja de sonreír, porque lo que hice allí, lo volveré a hacer, no me interesa que tengas o no otra camisa limpia. Aparte me sigues debiendo una.

--Este bien, me comportare.

--Así me gusta. Y mas te vale que salgas con esa chica por lo menos un mes porque no arriesgue mis labios con ese idiota por nada.

--¿Intento besarte?—Pregunto enojado.

--No solo abrazarme y decirme que me amaba. Por favor Mat desierta es Jake.

--Pero no…

--Olvídalo. —Le corte--¿Cuándo es la cita?

--¿Qué cita?

--Te lo recordare, vas a salir con Lucia ¿Cuándo?

--¿Cómo lo sabes?

--Te conozco.

--El viernes en la noche.

--Ese día estoy ocupada, lo siento.

--Jake se va el fin de semana.

--No puedo creer que le meterás los cuernos al chico más popular del instituto. —Reí. —Si el lunes no te veo quiero que sepas que eres el mejor amigo que tengo.

--Muy graciosa. ¿Qué tal Vic? ¿Besa bien?—Enrojecí.

--Te lanzaría con algo, pero vas conduciendo, y no seria justo lastimar a alguien. —Puse una mano en el hombro de Dan—Que no tiene nada que ver con esto. —La retire antes de que el me tocara.

--No respondiste a mi pregunta.

--Mat ya déjalo.

--Sigues evadiendo mi pregunta.

--No te hablare más. —Me voltee y mire por la ventanilla.

--Sisi,--No respondí. —Sisi, háblame, por favor Lulú.

--No me llames así. —Respondí con voz de pocos amigos.

--Pequeña lulú.

--Mat, ya basta, no me divierto.

--Matías basta. —Dijo Dan

--Sisi, estaba jugando.

--Pues yo no.

--De verdad lo siento, no se porque me comporte como Lucas, mi trabajo es protegerte de las estupideces que él dice.

--Tú no tienes ese trabajo, lo haces porque quieres. —Replique.

--Vamos, por favor, solo no quise lastimarte.

--No lo hiciste.

--Nadie puede hacerlo. —Murmuro muy bajo. —porque te encierras en ti misma y no se porque. —Continúo murmurando. Agache la cabeza, ese comentario me dolía, me encerraba en mi para que nadie supiera cuanto dolía ser yo. Dan escucho y me miro triste.

--Te perdono, pero no habrá próxima vez, sabes my bien que no beso a los hicos con los que salgo. —Daniel mostro una sonrisa de suficiencia en su hermoso rostro.

--Deberías dormir.

--No hasta que llegue a casa.

--Lu...

--No me vuelvas a llamar así.

--¿Por qué pequeña Lulú?

--Pues era un dibujo animado de una niña que hacia travesuras y siempre salía ilesa sin castigos ni nada y aquí tienes la prueba viviente de que niñas así existen.

--No fui la única.

--Eso quiere decir que ustedes ¿se encubren?

--Sip, si Antonio se enterara ¡Hola internado de señoritas!

--Sabes que volvería en menos de un mes, no me soportarían.

--No lo dudo.

Cerré los ojos y me relaje pero oí las voces de los chicos y no le preste atención a las cosas que hablaban pero la voz de Dan me tranquilizo y caí en un profundo sueño.

El sueño era precioso ora si decirlo, mamá y papá estaban abrazados, solo recuerdo a mamá por fotografías y en mis sueños, ya que cuando murió tenia menos de dos años.

Yo era ella, el mismo cuerpo, nariz, boca, cabello, todo, a excepción de los ojos los suyos eran verdes y los míos celestes, pero era lo único que nos diferenciaba.

Muchos de los que había matado pensaban que era ella, era la cazadora mas conocida del mundo, y si digo del mundo era del mundo, viajaba a todas partes, hablaba todos lo idiomas. Todos le temían, yo solo la conocí cuando era vampira, después de que naci, papá la convirtió para que estuvieran juntos para siempre, pero no fue así.

Fue en ese momento cuando las imágenes cambiaron repentinamente, después de que ella muriera con papá nos mudamos, nadie sabia que ella se había casado, ni que tenia una hija, nosotros no existíamos, pero alguien lo descubrió y ella murió.

Cuando llegamos, podía oír todas las noches que Antonio salia, sin hacer ruido, pero por las noches mis sentidos aumentaban y lo escuchaba todo.

Una noche me escondí para ver a papá llegar y mi sueño se convirtió en pesadilla, fue la primera vez que supe lo que era ser cazador, él estaba cubierto de cortes, algunas extremidades colgando, pensé que él moriría y me dejaría, comencé a llorar y gritar, apenas tenia tres años y medio, ese recuerdo estaba encerrado en lo mas profundo de mi cerebro, no lo quería volver a revivir pero ahora se había escapado.

Abrí los ojos, alguien me tenía en brazos, me apreté contra él, mi brazo fue a su espalda, llevaba una campera de cuero, apreté con fuerza un montón que había hecho con mi mano y me escondí en su pecho.

--¿Cómo esta?

--Ya despertó.—Conocía esa voz, resonó en todo mi interior, aun no había salido de la pesadilla por completo y seguía llorando sin consuelo alguno.—Tranquila mi cielo, estas bien, solo fue una pesadilla, nadie te hará daño, lo prometo yo te protegeré, tranquila mi amor.—Susurraba muy bajo, para que solo yo pudiera oírlo.

Me senté sobresaltada, jadeando en busca de aire, y mire a todos lados como un animal asustado.

--Sisi, ¿Este bien preciosa?—Me hablo Mat.

--Si, solo fue una estúpida pesadilla. —Respondí y parpadee varias veces para despejarme con más rapidez.

--No creo que haya sido una tonta pesadilla, estabas llorando mucho, Dan no te podía calmar. —Mire, el vampiro estaba con sus brazos aun abiertos, eso significaba que yo lo había abrazado a él y me sentí segura de nuevo. Que ironía.

No lo había notado pero estaba cubierta con una frazada, estaba muy frio.

--No estaba llorando. —Murmure. Me toque la mejilla y estaba húmeda, me seque las lagrimas tan rapido como pude.

--No recuerdo la ultima vez que te vi llorando Sisi. —Agrego mi amigo.

--Creo que a los cinco años. —Comente.

--¿No llora nunca?—Daniel le pregunto a Mat.

--No dije que no llorara, solo que nadie la ve cuando hace eso. —Respondió mi amigo. —No creo que ni Antonio la haya visto.

--¿Puedes decirme porque cada vez que hablan, terminan sacando todos mis errores a la superficie?—Pregunte un poco triste.

--No es cierto—Contradijo Mat.

Yo comencé a enumerar con los dedos.

--Me meto en problemas, no soy buena alumna, peleo con los chicos, me encierro en mi misma. ¿Quieres que siga?

--Lo siento, nunca lo había notado.

--Claro. —Suspire.

--¿Qué hora es?

--Las 23:30.

--¿Qué? Me olvide de papá, pásame el móvil, mat por favor.

--Tranquila, ya lo llame yo. —Me respondió él. —Dijo que sabia que esto pasaría y solo esperaba que lo llamaras.

--Ok, gracias Mati.

--No hay problema. Deberías volver a dormir.

--No quiero. —Me queje.--¿A que hora llegaremos?

--Si no me equivoco a las 1:30 más o menos.

--¿Qué? ¿No que el viaje duraba cuatro horas?

--Es de noche Sisi, estamos en el campo, no hay luz y no se puede ver bien, tenemos que conducir más despacio de lo común.

--Ahhh. —Murmure.

Mi teléfono comenzó a sonar, lo cogí con el seño fruncido, ¿Quién llama a esta hora?

Presiona la tecla ACEPTAR.

--Hola.

--¿Lucas?

--Genial, ya te despertaste.

--¿Cómo sabias que estaba dormida?

--Crees que tu novio se cambio al asiento de atrás mientras Mat conducía.

--No. —Respondí.

--¡No negaste que fuera tu novio! ¿Entonces es cierto?

--Para que negarlo si seguirás diciendo lo mismo. —Respondí agriamente.

--Si, tienes razón.

--¿Para que me llamas? No creo que sea porque me quieras.

--Para hablar con Mat.

--¿Es que no tiene teléfono?

--Si, pero esta apagado.

--Ok. —“Para ti” Articule con mis labios para mi amigo. El extendió la mano para tomar el celular pero yo negué con mi cabeza.

Pegue el teléfono a su oreja, para que no quitara sus manos del volante o habría un accidente.

--¿Qué?—No le preste atención a su conversación, no me interesaba en lo absoluto, en cambio me limite a mirar a Dan

“¿Estas bien?”Me articulo con sus labios. Asentí y mire hacia otro lado, no quería ser débil frente a él, aunque me lo ponía muy difícil.

--¿Listo?—Me dirigí hacia mi amigo.

--Sip.

--¿Cómo se dice?—Hable con Lucas.

--¿De que hablas?—Su voz denotaba confusión.

--Repite conmigo Gra…

--Gracias. ¿Te gusta verme molesto?

--Tanto como a ti. ¿No estas cansado?

--Creo que un poco.

--¿Quieres que conduzca yo?

--Sasha, yo se que jamás le hemos dicho a Mat, sobre la vez que condujiste conmigo como copiloto y…

--No sucedió nada. —Le corte. —Soy muy responsable.

--Si lo se, pero no es bueno que tu estés al volante, porque cada vez que eso sucede el velocímetro rebasa los 180km/hs.

--Sabes que no haría eso si esta María.

--Lo se. No te preocupes estoy bien, cuando ya no aguante te llamare y te dejare conducir, pero lo harás como alguien normal no como cuando estas conmigo.

--No soy idiota. Adiós.

--Chao. —Corte la línea.

--¿De que hablaban?—Hablo Mat.

--De nada, tonterías.—El se creyó eso, pero Dan me miraba sorprendido por lo que acababa de escuchar.—Sera mejor que duerma un poco mas, no creo que mañana pueda soportar a Ramírez si no he descansado.

Dan abrió los brazos pero yo me arrincone en la otra punta, cerré los ojos y me dormí.

Esta vez pude descansar sin pesadillas que me atormentaran, me despertaron las luces de la ciudad.

Estaba muy cómoda así que me acurruque contra mi fuente de calor, sentí que me abrazaban y escuche una hermosa risa.

Me senté de inmediato, lo mire enfurecida, no creo que se haya dado cuenta de que si me aleje de él para dormir así debería permanecer hasta que despertara.

Peine mi cabello y ate una cola de caballo, para que no se desacomodara de nuevo.

--¿Qué hora es Mat?

--La 1 a.m.

--Wow, nunca dormí tanto.

--Ya me parecía. —Dijo mi amigo.

Me quede en silencio mientras pasábamos las calles de los barrios ricos de la ciudad.

Adelante nuestro iban dos autos, los de Mike y Jake.

Pasamos por una discoteca que estaba siendo arreglada, solíamos ir, pero ahora la volverían a inaugurar con otro nombre y mejores cosas.

El cartel decía que seria mañana por la noche y eso me dio una idea.

--Mat. ¿Puedes pasarme mi celular?

--Si, Pero ¿Qué harás?

--Nada. —Marque el número de Lucas. –Hola.

--¿Ya despertaste?

--Si, oye ves ese cartel de la inauguración de la discoteca.

--Si, ¿Por qué?

--¿Crees que podamos ir?

--¿Por qué me preguntas?

--Hace tiempo que no salimos, más bien, no salgo con ustedes porque estoy ocupada por las noches y mañana estoy libre y quería ir con ustedes a divertirme.

--Ya te entiendo. Pero Sisi es una fiesta casi privada, no hay entradas y mi hermano intenta conseguirlas desde hace un mes y no puede.

--¿Confías en mi?

--Aunque no quiera, si, te debo mucho.

--Entonces para mañana por la noche las tendré.

--Sisi
--sabes que lo conseguiré.

--Sera imposible pero a ti no te importara ¿Cierto?

--Cierto. Bye, te veo mañana.

--Chao. —El se despidió. Sonreí a mi misma.

--Oye Mat, ¿estarás ocupado por la noche?

--¿Por qué lo dices?

--Solo limítate a responder.

--Si me necesitas estoy desocupado.

--Bueno, quiero ir a esa discoteca. —Señale el cartel.

--No hay entradas.

--¿Y si las consigo?

--Con gusto voy contigo.

--Ok. Esta noche estarás ocupado.

--¿Cómo conseguirás 5 entradas?

--Solo concéntrate en que lo hare. —Papá era amigo del jefe del nuevo lugar así que podría conseguirme las entradas.

El resto del viaje lo pase en silencio, metida en mis pensamientos, no entendía porque ese recuerdo había aflorado en mis sueños, había intentado olvidarlo.

Frenamos en una gran y linda casa.

--Te veo en el instituto Dan—Se despidió mi amigo.

--Si igual. —Comente aun ausente.

--Cuídense chicos. —Se despidió y Salío del auto.

--¿Qué te sucede?—Mi amigo me miro por el espejo retrovisor.

--Nada ¿Por qué preguntas?

--Desde que te despertaste la primera vez, estas rara.

--No, es solo la pesadilla, mejor no volveré a ver películas de terror antes de ir al bosque. —Comenzamos a reír.

Llegamos a casa, nos despedimos y entre a casa, el auto se marcho y llame a papá.

--Sisi. —Él había pedido un día libre, algunas noches iba a cazar solo, lo hacia con frecuencia, necesitaba mas sangre que yo, en este momento eso es lo que estaba haciendo.

--Siento no haberte llamado, recién llego.

--Lo se Mat me aviso.

--¿Puedo pedirte un favor?

--¿Qué cosa nena?

--Bueno, pues, yo quisiera salir mañana y me preguntaba si podrías conseguirme las entradas para la discoteca de tu amigo Javier. —Me quede en silencio y el también. —Te prometo que hare lo que quieras.

--Hija, tu limpias, lavas, en síntesis todas las tareas de casa las haces, trabajas de noche y vas al instituto tienes una doble vida y desde muy joven, te esfuerzas mucho.

--¿Pero y las amonestaciones?

--Parte de lo que somos. —Rio. —Veré que puedo hacer.

--Son en total cinco.

--¿Cinco?

--Digamos que Lucas y Mat tienen un nuevo amigo, y no quiero quedar mal con ellos de no invitarlo.

--¿El vampiro?—Susurro.

--Juro que en cualquier momento lo voy a acabar matando.

--¿Por qué lo dices?

--Es insufrible. Se parece a mí, se lleva el mundo por delante. —Oí la risa de papá.

--Te veo en unas horas.

--Iré a dormir, estoy muy cansada. Te quiero.

--Yo también. —Corte la llamada. Y me fui a la cama, use mi piyama que ocas veces lo he vestido pero nunca esta de mas.



Desperté y me fui a bañar, Cuando ya estaba preparada, baje a la cocina, Antonio estaba cocinando.

--¿Qué tal el sueño?

--No te imaginas cuanto lo necesitaba. —Desayune y me dirigí al instituto sin antes decir. —No lo olvides, por favor.

--Claro. —Camine hasta llegar.

Las clases pasaron volando. Dan mirándome y yo intentando ignorarlo pero sin lograrlo del todo.

Al final del día, todos estaban esperándome entre los autos de Mat y Lucas.

--¿Qué sucedió?—Pregunte.

--Nada, solo te esperábamos. —Respondió mi amigo

--¿Para que?

--¿Qué harás el viernes en la noche?—Pregunto María.

--Ya tengo planes.

--¿Lo ven?—Pregunto Lucas. —Ella siempre esta ocupada, nunca sale a excepción de que nos avise con tiempo, deja de ilusionarte con que ella te diga que si para acompañarte. —Se dirigió a Mat.

--No es porque no quiera salir con ustedes, me gusta, pero de verdad estoy muy ocupada. —Me disculpe, me sentía mal. —Saben que siempre que puedo voy a donde sea, pero no tengo tiempo.

--¿En que lo gastas?—Me desafió Lucas.

--Si quisieras intimidarme para que te responda debes esforzarte mas—Murmure.

--Ya, basta. —Mat se interpuso.

--Estas de mal humor porque no dormiste bien, ayer estabas terrible. —Se burlo Luca.

--Si, pero yo no bebí café para intentar vencer a mi amigo. —Contradije. Su boca se abrió.

--¿Cómo lo sabes?—Lucas parecía humillado, se notaba en sus palabras.

--Jamás podrías soportar tanto, eres humano.

--¿Y que eres tu?—Me paralice, no esperaba esa pregunta.

--Humana. —Respondí demasiado rápido.

Mi celular comenzó a sonar, era papá, atendí.

--Hola Sisi.

--Hola pa. ¿Qué sucede?

--Sobre las entradas. —No dije nada. —Las conseguí.

--¿Cómo?

--El tiene unas reservadas para amigos y familiares y así fue como las conseguí.

--¿Cuánto? Te pagare.

--No es necesario.

--Pa.

--No es necesario.

--Gracias, te quiero mucho, eres el mejor.

--Te veo en casa.

--Ok, tardare un poco, no te asustes.

--Bueno, adiós. —Corto.

--Oye ¿Por qué esa adoración con tu padre?—Indago Luca.

--¿Recuerdas de las entradas de esta noche?—Sonreí.

--No lo hiciste. —Murmuro.

--Tienes razón, no lo hice. Las consiguió papá.

--¿Qué? Estas bromeando.

--Nop.

--Gracias, gracias, gracias. —Repetía Lucas.

--Me agradeces por ayudarte a que tu hermano te envidio ¿Cierto?

--Siiiiiiiiiiiiiiiiiii—Grito.

--Tengo que irme.

--¿Tan pronto?—hablo Dan

--aja. —Me despedí, y me marche.



En casa abrace a papá y lo bese, el reía por mi reacción y le explique que nunca salgo con mis amigos y como eso sucede cada mucho tiempo quería hacer algo lindo por ellos.

--¿Cuánto te costaron?

--No te lo diré.

--Por favor.

--$250.

--¿Qué? Yo te daré el dinero.

--No es un regalo por todo lo que haces.

--¿Seguro?

--Si.

--Gracias.

Subí a mi habitación, la cual no era grande, pero si espaciosa, papá me había comprado una computadora portátil, un pequeño estéreo, un ipod, mucha ropa.

Encendí la laptop, pero no había nadie conectado así que la apague y busque la ropa para esa noche.

Faltaba poco para poco para irme, y mi amigo me pasaría a buscar, me bañe y vestí.

Llevaba unos jeans con una remera sin espalda. Me planche el cabello y ya estaba lista. No me maquille mucho, guarde las entradas en mi bolsillo y Salí de mi habitación.

Justo cuando bajaba, golpearon la puerta.

--Que puntual—Comento papá sorprendido.

--Yo también lo creo.

Abrí la puerta y el vestía unos vaqueros con remera negra con cuello en V. Se veía muy bien.

--¿Vamos?

--Si.

--Chao Papá.

--Adiós Antonio.

--No vuelvan tan tarde.

--Lo sabemos. —Contestamos a coro, siempre era lo mismo.



Legamos y nos estaban esperando en la puerta.

--¿Por qué tardaron tanto?—Reprocho Lucas

--Ya, tampoco fue para tanto. —Me excuse. Saque las entradas, y se las mostré el las tomo.

--¿Cuánto te debo?—Estaba por sacar su billetera.

--Es un regalo, por todas las que me he saltado y no los he acompañado. —Todos me miraron.

--¿Es una broma no?

--Nop.

--Tu culpa debe ser enorme.

--¿Por qué lo dices Lucas?

--Sasha, cada una cuesta $150.

--¿Qué?

--¿Acaso no lo sabias?

--No, papá no me lo dijo.

--Toma. —Me ofreció el dinero.

--No dije que era un regalo, ahora entremos que no quiero desperdiciar esos $750.

--Como digas.

Estaba repleto, muchos chicos se voltearon para mirarme y les sonreí, esto se pondría divertido.

--Chico ya vengo.

--No gastes demasiado. —Repuso Mat.

--¿Quién dijo que seria yo la que gastaría?—El comprendió al instante, no gastaría un centavo, seguro que ellos me pagarían mis bebidas.

La noche paso, yo hable con muchos pero no bebí nada, no tenia muchas ganas, Dan no me quito sus ojos de encima, estaba monitoreando cada uno de mis movimientos.

Había tantos muchachos que no sabia con cual quedarme, pude oír como Lucas le decía a Dan

--Oye, ¿te sientes bien?

--Si—Respondió furioso.

--Te ves verde, pero segura es por la envidia que le tienes a los que hablan con ella.

A lo lejos un chico me miraba, pero yo no le restaba atención, el estaba con su novia, y yo respetaba eso.

Pero el idiota seguía mirando en mi dirección, la chica se canso de ser ignorada, entonces comenzó a caminar en mi dirección.

Cuando pasó a mi lado me empuje y casi caigo pero logre sostenerme de la barra, se dirigió a la pista de baile, si eso quería eso tendría, le enseñaré que era meterse conmigo.

La seguí a través de la multitud, todos comenzaron a mirarnos, comenzó a sonar la música, y ella empezó con un baile.

Luego me toco a mi, esta ronda la empatamos, y eso que recién estábamos comenzando.

En la segunda ronda gane yo, ella se enojo y se retiro de la pista, pensé que había ganado pero ella fue a buscar a su novio y el aunque no dejaba de mirarme bailo con ella. Todos me miraron, estaba por agarrar a un chico que me miraba con deseos en los ojos y una gran sonrisa.

Pero alguien paso la mano por mi cadera y me hizo dar una vuelta completa y luego me presiono contra él. Levante mi cabeza para ver quien era, y ¡Sorpresa! Dan había venido para salvarme. No pude evitar darle una sonrisa, el hizo lo mismo.

--Sígueme. —Susurre en mi oreja, su respiración me hizo cosquillas en el cuello, pero hice lo que me pidió.

Cuando la música acabo todos nos vitorearon, él me acerco a si, yo lo aleje un poco, pero no solté su mano, lo guie hasta la barra y allí nos sentamos.

--Gracias.

--Fue un placer. —Me sonrió, pero no hice lo mismo.--¿Qué sucede? Ganaste.

--Lo se, pero ¿Viste porque comenzó todo?

--Esa chica te empujo.

--¿Sabes por qué?—Se encogió de hombros. —Su novio me estaba mirando, eso es lo que me molesta, yo no salgo con los que están ocupados.

--Yo no lo estoy.

--No comiences con eso. —Pedí.

--¿Con que?—Se acerco a mi lentamente, no pude resistirme llevaba días intentando resistirme y ya estaba cansada, así que lo beso con necesidad, él paso la mano por mi cintura y me acerco, para besarme mejor.

--Te he dicho que no lo hagas. —Lo aleje.

--Esta vez fuiste tú. —Sus ojos brillaban.

--Entonces no me tientes. –Mire hacia los lados para ver si alguien nos estaba mirando, por suerte Mat estaba besando a una chica y Luca y María estaban en la pista de baile besándose y bailando. Con un suspiro me levante y me dirigí a la salida.

--¿A dónde vas?

--A casa. —Seguí caminando.

--¿Tan pronto?

--Es la segunda vez que haces esa pregunta en el día.

--No quiero que te vayas. —Se paro frente a mí. —Al menos déjame acompañarte.

--Puedo cuidarme sola, gracias.

--No creo, eres débil y pequeña.

--¿Conoces el dicho “Las apariencias engañan”?—Asintió confundido. —En mi caso es cierto. —Encontré la puerta y antes de salir le dije. —Dile a Mat que surgió algo, pero no se te ocurra llamarlo.

--¿Por qué?

--Porque me detendría.

--¿Yo no puedo?

--No me molestaría usar la fuerza contra ti. —Me marche.

Iba caminando por la calle, delante de mi había un grupo de doce hombres ebrios, no tenia tiempo para una pelea así que opte por cambiar de calle, pero cuando me acerque ellos cruzaron la calle.

--¿Adonde crees que vas preciosa?

--Ven muñeca. —Seguí mi camino. Pero me rodearon, intente eludirlos pero no pude.

--Señores, pueden dejarme ir o sufrirán las consecuencias.

--Oh, que tenemos aquí una chica difícil. —Quise caminar nuevamente pero uno se posiciono frente a mí.

--Puedo vencerlos a todos con una mano atada a mi espalda. —Uno se abalanzo contra mi pero lo golpee, no los quería matar solo asustar, otro saco una cuchilla pero se la arrebate y la lance muy lejos.

Entonces todos se vinieron contra mi pero alguien me empujo contra la pared del edificio, era Dan

--¿Qué haces aquí?—Pregunte enfadada.

--¿Puedo hacerte la misma pregunta?—Me quede en silencio. —No mires.

--¿Qué?

--No mires. —Mi instinto me obligo a hacerle caso, nunca vi a alguien muerto y no quería hacerlo ahora. Pero temí que el los matara.

Oí insultar a algunos de ellos y luego unos golpes, pero un escalofrió me recorrió cuando oí un crujido y el grito de un hombre.

Me destape los ojos y le grite.

--No lo mates. —Corrí hacia él, el hombre escape como todos los otros y yo agarre a Dan del brazo para que no los siguiera.

Se volteo y me encaro pero no me inmute, no era el primero que lo hacia, lo mire fijo y el se relajo y me abrazo.

--¿Estas bien?

--Si.

--¿Te hicieron daño?

--No.

--Te dije que dejaras que te acompañara. —Tomo mi rostro entre sus manos y me beso con ternura.

Lo aleje, jadeando.

--Es la segunda vez en la noche, la tercera no te la perdonare y te golpeare ¿Entendiste?—Me sonrió.

--También te amo. —Camine rápido, odiaba que me hiciera eso, pero me siguió.--¿Adonde vas?

--A casa, ya te lo dije.

--Te acompañare.

--No es necesario—Pare un taxi, me subí y marche, él se quedo mirándome confundido.